El Ministerio de Transporte de Cuba (Mitrans) y la empresa estatal Servicios Automotores SA (SASA) han sacado de la manga una nueva iniciativa para los dueños de carros viejos: ahora podrán cambiarlos por vehículos dados de baja en entidades estatales. Esta medida, amparada en el Decreto 119/2024, busca aliviar la crisis de transporte en la isla, aunque no resuelve el problema de fondo: el acceso limitado a autos modernos y la vejez extrema del parque automotor.
Un canje con letra pequeña
Según reportó el portal oficialista Cubadebate, el proceso se hará exclusivamente a través de la plataforma SAG, accesible solo desde Cuba. La asignación de los carros será automática, sin importar la marca ni el año de fabricación, y cada solicitante tendrá dos oportunidades para aceptar o rechazar la oferta. Si el canje se concreta, habrá que pagar en moneda nacional un porcentaje del valor del vehículo asignado.
Los beneficiarios recibirán un correo electrónico con la notificación y tendrán cinco días para aceptar el canje en línea y otros cinco para completar el trámite de manera presencial. Luego, contarán con 30 días para entregar su carro viejo y cerrar la compra.
Hasta ahora, más de 3 000 solicitudes han sido aprobadas, mientras que otras 7 975 están en espera. El 16 de marzo concluye la primera fase del programa, y a partir del 21 podrá inscribirse cualquier ciudadano. Sin embargo, 113 solicitudes están incompletas por falta de información.
Carros viejos por carros menos viejos
No se trata de autos nuevos, sino de vehículos que han servido en el sector turístico y en otras instituciones estatales. Aunque algunos tienen tecnología más reciente que los clásicos que llevan décadas rodando en la isla, el problema de fondo sigue igual: comprar un carro en Cuba es casi un lujo imposible. Los precios serán fijados por el Ministerio de Finanzas, incluyendo impuestos y otros costos.
Un parque automotor en las últimas
El parque automotor cubano es un museo rodante, con autos soviéticos y clásicos estadounidenses de los años 40 y 50 que sobreviven a punta de inventiva y adaptaciones. La falta de piezas obliga a los choferes a buscar soluciones caseras, lo que muchas veces compromete la seguridad en las carreteras.
Además, los precios de los autos en Cuba son exorbitantes. En el mercado estatal siempre han sido altos, y en el informal, la escasez complica aún más la situación. Esto impacta directamente en la movilidad de la población, que sigue dependiendo del transporte público, con todas sus deficiencias.
Otro punto crítico es el alto índice de accidentes de tránsito, donde los desperfectos mecánicos y la falta de mantenimiento adecuado juegan un papel clave. Muchos choques se deben a fallos en frenos, dirección o neumáticos en mal estado, problemas que podrían evitarse con acceso a repuestos y autos en mejor condición. A esto se suma la mala calidad de las carreteras y la deficiente señalización vial.
Un paliativo que no soluciona el problema
Aunque el canje de autos podría aliviar a algunos conductores, no es la solución definitiva. El acceso a vehículos en Cuba sigue siendo un problema estructural. Mientras no existan opciones más accesibles y flexibles para comprar un carro, la crisis del transporte seguirá afectando la movilidad de los cubanos y aumentando los riesgos en las vías.
Hasta que no se implementen políticas que permitan la importación sin tantas restricciones y a precios razonables, la mayoría de los cubanos seguirá dependiendo de soluciones improvisadas para moverse por la isla.