El pasado viernes, Cuba vivió su cuarto apagón masivo en medio año, dejando a millones de personas sin electricidad y sumiendo a la isla en una crisis energética que parece no tener fin. “¿Hasta cuándo vamos a vivir así?”, se preguntan miles de cubanos, mientras las autoridades insisten en mensajes de “confianza” que poco resuelven.
Este lunes, el primer ministro Manuel Marrero tomó su cuenta de X (antes Twitter) para agradecer la “confianza del pueblo” y el trabajo de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE). “Gracias a nuestro pueblo por creer que saldremos adelante, a pesar de los tiempos complejos”, escribió, reconociendo el esfuerzo de los trabajadores que “trabajaron sin descanso para restablecer el Sistema Eléctrico Nacional (SEN)”.
Pero, ¿de qué sirven las palabras si no hay soluciones concretas? El mensaje de Marrero, aunque lleno de optimismo, contrasta con la cruda realidad que viven los cubanos. “Seguimos echando la pelea”, cerró el mandatario, acompañado del hashtag #UnidosXCuba. Sin embargo, para muchos, esta frase suena más a un eslogan vacío que a una verdadera estrategia.
La situación en las calles es otra. Los apagones no solo dejan a las familias sin luz, sino que paralizan la producción, complican el transporte y afectan hasta las comunicaciones. “Aquí no hay vida normal”, comenta un habanero mientras intenta conservar sus alimentos sin refrigeración. “Cada día es más difícil”, agrega una madre desde Santiago de Cuba.
Marrero admitió que el país sigue enfrentando un grave déficit energético y advirtió que los cortes de electricidad continuarán. “Gracias, Cuba, por la comprensión en horas de incertidumbre”, escribió, reconociendo el malestar de la población. Pero, ¿cuánto más puede aguantar la gente?
Mientras las autoridades hablan de “trabajar sin descanso”, los problemas de infraestructura eléctrica siguen sin resolverse. “Aquí no hay mantenimiento, no hay inversión, no hay nada”, denuncia un electricista desde Matanzas. Y es que, más allá de los discursos, la realidad es que el sistema eléctrico cubano está en ruinas y la población paga las consecuencias.
¿Qué sigue para Cuba?
Con un sistema eléctrico colapsado y una crisis energética que no da tregua, los cubanos siguen buscando formas de sobrevivir. “Nosotros nos inventamos, pero el gobierno también tiene que inventarse algo”, dice un joven desde Villa Clara.
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