El gobierno cubano destapó un escándalo de corrupción dentro de la Empresa de Gas Licuado de La Habana, un caso que involucra a altos directivos de la Unión Cuba Petróleo (CUPET) y que pone al descubierto maniobras ilegales que han afectado a la población.
Una red de sobornos y desvíos de recursos
Según informaciones divulgadas por el perfil oficialista CiberGuerrero AntidelitosCubanos, vinculado al Ministerio del Interior (MININT), la investigación identificó como cabecillas del esquema a Niuvis Suárez Mola, trabajadora de la empresa, e Iván Agustín Lora Alfredo, su director.
Se alega que Suárez Mola, con la complicidad de directivos de CUPET, organizó un sistema de sobornos a cambio de contratos irregulares y encubrimiento de las irregularidades. También se reportó la detención de un chofer que participaba en el desvío de balitas de gas para su reventa en el mercado negro, aunque su identidad no fue revelada.
Corrupción en la distribución del gas y otros productos
Las investigaciones apuntan a que Suárez Mola y su colaboradora, identificada como Amanda, acaparaban balitas de gas y otros productos destinados a los trabajadores, como leche condensada. Según el reporte, menos del 30% de estos productos llegaba a su destino final, mientras que el resto era desviado para la venta clandestina o usado como moneda de intercambio en sobornos.
«Utilizaba estos productos para lucrarse y sobornar a otros implicados en la trama», reveló una supuesta fuente anónima citada en el informe.
Amanda, considerada una de las mentes estratégicas del esquema, manipulaba inventarios para facilitar el robo de gas y beneficiar a negocios privados que operaban con total impunidad.
Un director al servicio de la corrupción
El director de la Empresa de Gas Licuado, Iván Agustín Lora Alfredo, no solo habría hecho la vista gorda ante estas ilegalidades, sino que también se benefició directamente de ellas. De acuerdo con el informe, utilizó recursos estatales para reparar vehículos particulares en talleres del gobierno, generando ganancias a expensas de los bienes públicos.
Además, un delator, identificado en la investigación como un «agente especial infiltrado», aseguró que el esquema de corrupción iba más allá de la empresa de gas y alcanzaba otras estructuras estatales.
Investigaciones en curso y un panorama incierto
Ante la magnitud del caso, la Oficina Nacional de Inspección del Trabajo anunció una auditoría para evaluar los desvíos de inventarios y recursos en la empresa.
Este escándalo estalla en medio de una grave crisis en la distribución de gas licuado en Cuba, lo que ha afectado a millones de hogares. La escasez ha generado constantes retrasos y restricciones en la venta, dejando a muchas familias en una situación crítica.
Por otro lado, también trascendió la reciente detención de un grupo de ciudadanos acusados de revender gasolina y cobrar por turnos en servicentros, una práctica cada vez más común ante la crisis de combustible que azota al país.
El fiscal jefe del municipio, Rolando López Merino, advirtió que los responsables serán castigados con dureza debido a la crisis energética actual, aunque evitó referirse a las causas estructurales del problema, como la pésima administración gubernamental, la corrupción en empresas estatales y la falta de transparencia en la distribución de recursos.