Hoy el mundo del espectáculo en Miami está de luto. Danilo Domínguez, conocido artísticamente como Mariloly, nos ha dejado. Una figura icónica, una leyenda del transformismo y la comedia, que durante más de tres décadas hizo reír, emocionar y vibrar al público.
Mariloly no solo fue un artista, sino un símbolo de cubanía, disciplina y profesionalismo. Con su talento, su carisma y su capacidad para transformarse en una dama elegante y divertida, conquistó los escenarios y los corazones de todos los que tuvieron el privilegio de verla actuar. “Era un artista completo”, dicen quienes la conocieron. Y no exageran.
¿Qué pasó?
Según confirmaron allegados, Danilo falleció este domingo en un centro de rehabilitación del sur de Florida. Todo comenzó con una caída en su casa que le fracturó la cadera. A partir de ahí, su salud se fue deteriorando. En sus últimos días, ya no reconocía a muchos de los amigos y admiradores que fueron a visitarlo. ¡Qué tristeza!
Un legado imborrable
Danilo, nacido en Cuba en 1952, fue siempre un crítico abierto de la dictadura castrista. En varias entrevistas, denunció la homofobia del régimen y cómo se vio obligado a escapar de la isla durante el éxodo del Mariel en busca de libertad. “Miami me dio la oportunidad de ser quien soy”, solía decir.
Desde su llegada a la ciudad, Danilo se entregó por completo al mundo del espectáculo. Primero como figura masculina, pero fue con su alter ego, Mariloly, que alcanzó la fama. Cantante, productor, director, comediante… ¡todo un artista de pies a cabeza! Y no solo eso: también era conocido por su bondad y generosidad. Siempre tenía un consejo o una mano amiga para quienes lo necesitaban.
Pionero del transformismo en Miami
Mariloly fue una de las primeras figuras en llevar el transformismo a los escenarios de Miami. En los años 70, junto a Mirella, su directora y mentora, revolucionó el Teatro América y ayudó a posicionar a Miami como una ciudad abierta y vanguardista. “Ella fue como una segunda madre para mí”, decía Danilo sobre Mirella.
Su talento traspasó fronteras. No solo conquistó al público local, sino que también compartió su arte en otros países, llevando consigo un mensaje de amor, inclusión y libertad. “Mariloly era más que un personaje, era un símbolo de resistencia y alegría”, comentó un admirador.
Un reconocimiento tardío
Aunque en vida no recibió todos los honores que merecía, su legado es indudable. Los escenarios miamenses le deben mucho, y ahora, en su partida, es momento de rendirle tributo. “Esperemos que Miami y Cuba le den el aplauso que siempre mereció”, expresó un colega.