En medio de la crisis energética que mantiene a Cuba sumida en la oscuridad, Gerardo Hernández Nordelo, exespía cubano y actual coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), decidió compartir en sus redes un video que ha causado revuelo. En la grabación, Hernández muestra cómo su familia «enfrenta» la falta de electricidad con un juego infantil llamado «globo no toca suelo».
El video, aparentemente inofensivo, ha generado una ola de críticas. Para muchos, es otro intento del régimen de romantizar la miseria, presentando los apagones no como lo que realmente son –una consecuencia del colapso energético del país–, sino como una oportunidad para la unión familiar y la creatividad.
¿Juegos para distraer o para desviar la atención?
En la grabación, se ve al hijo menor de Hernández explicando las reglas del juego, en el que él, su padre, su madre y su hermana se turnan para mantener un globo en el aire sin dejar que toque el suelo. «Lo hacemos porque en toda La Habana no hay luz y de alguna manera tenemos que entretenernos», dice el niño en tono didáctico.
La escena puede parecer tierna, pero el contexto lo cambia todo. No se trata de una actividad improvisada en una noche cualquiera, sino de una familia intentando sobrellevar un apagón nacional que lleva días afectando a millones de cubanos, privándolos de necesidades básicas como la refrigeración de alimentos, el acceso a agua potable y la posibilidad de trabajar o estudiar.
La estrategia del «sufrimiento compartido»
No es la primera vez que Gerardo Hernández intenta mostrarse como un “cubano de a pie” que sufre las mismas dificultades que el pueblo. En ocasiones anteriores, ha compartido fotos suyas empujando una guagua en medio de la crisis del transporte o promoviendo los llamados «barrio debates» para mantener la ideología oficialista.
Este nuevo video no es la excepción. La intención detrás de estas publicaciones parece ser clara: convencer a los cubanos de que los dirigentes también están padeciendo la crisis y que la mejor manera de afrontarla es con resiliencia y creatividad.
Sin embargo, la realidad es otra. Mientras millones de cubanos sufren los apagones sin generadores, sin agua y sin alimentos refrigerados, la élite del régimen sigue disfrutando de privilegios que no muestran en sus redes sociales.
Cuando el globo de la propaganda se desinfla
El intento de Hernández Nordelo de presentar los apagones como un momento de unión familiar ha sido recibido con una mezcla de indignación y burla. No es la primera vez que el oficialismo intenta endulzar la crisis con discursos optimistas, como cuando la prensa oficialista publicó frases como “los apagones nos unen”.
Pero la verdad es que el pueblo cubano no necesita más juegos ni palabras bonitas. Necesita electricidad, agua, alimentos y soluciones reales.
Mientras Hernández juega con globos en sus redes sociales, los cubanos siguen tocando fondo. Pero, como bien dice el refrán: todo globo inflado con mentiras, tarde o temprano, explota.