El debate sobre el uso de la tecnología y la libertad de expresión en redes sociales sigue encendido en Cuba, mientras el gobierno aprieta aún más las tuercas con nuevas medidas represivas bajo sus ya conocidas “leyes mordaza”.
🚨 Publicaciones bajo la lupa del régimen
El mensaje del gobierno es claro: cualquier contenido en redes que no se alinee con la versión oficial puede traer multas, decomisos e incluso cárcel. Esta advertencia fue reforzada recientemente en el programa oficialista Hacemos Cuba, conducido por Humberto López, donde se volvió a debatir sobre los «límites» de la expresión digital en la isla.
Según David Wong Sio, alto funcionario del Ministerio de Comunicaciones, las autoridades tienen luz verde para confiscar celulares, multar y hasta procesar penalmente a quienes publiquen información que consideren “inapropiada”. Lo más alarmante es que los dispositivos incautados podrían ser vendidos por el Estado, lo que añade un nuevo nivel de arbitrariedad a la represión digital.
Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia del gobierno para mantener el control absoluto sobre la narrativa pública, lo que ha generado preocupación tanto dentro como fuera del país.
📢 ¿Censura o regulación? El doble discurso oficial
El debate ha cobrado fuerza en los medios estatales. Recientemente, el periodista Abdiel Bermúdez, en el Noticiero Nacional de Televisión (NTV), criticó la difusión en redes de imágenes del accidente donde falleció el cantante Pablo Fernández Gallo (Pablo FG).
Bermúdez argumentó que debe existir un límite entre lo público y lo privado, señalando que muchas personas, por puro morbo o sensacionalismo, comparten contenido que expone tragedias ajenas.
“Por alguna razón morbosa, dramas personales y golpes privados están saliendo a la luz con una facilidad que asusta”, afirmó el periodista, calificando esta tendencia como una conducta cruel e insensible.
Reconoció que internet y los celulares no son los culpables, sino la decisión personal de capturar y difundir este tipo de contenidos, lo que convierte a quienes lo hacen en parte de una “marea amarillista”.
🔍 Casos que han sacudido las redes en Cuba
Bermúdez recordó algunos casos que generaron gran revuelo en su momento, como:
📌 2017: La difusión de imágenes del joven atacado por un tiburón en Guardalavaca.
📌 2018: Videos que mostraban escenas dolorosas del accidente aéreo en La Habana.
Si bien la falta de ética en la publicación de contenido sensible es un tema real, la pregunta de fondo sigue siendo: ¿el régimen realmente busca proteger la privacidad o solo quiere reforzar su control sobre la información?
🔴 La censura, disfrazada de moralidad
El gobierno cubano se presenta como el guardián de la ética digital, pero en la práctica, lo que realmente busca es callar voces incómodas. Las recientes regulaciones no parecen dirigirse solo contra la difusión de imágenes morbosas, sino contra cualquier contenido que desafíe la versión oficial de los hechos.
Mientras tanto, quienes piensan diferente, denuncian injusticias o simplemente exponen la realidad del país en redes, corren el riesgo de ser perseguidos, multados o despojados de sus dispositivos.
La gran ironía es que, aunque el régimen hable de ética en la tecnología, es el principal promotor de la desinformación y el silencio forzado. ¿Censura o moralidad? En Cuba, las líneas nunca han estado más borrosas.