Buenas noticias desde el exilio: el pequeño Damir se encuentra estable y sin fiebre. Así lo confirmó en redes sociales Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia, quien ha seguido de cerca el caso del niño cubano que conmovió a toda la comunidad.
📢 «Damir se mantiene estable, no le ha dado más fiebre y con su tratamiento y atención a full, no tenemos cómo agradecer a esta gran nación», escribió Salcedo Verdecia en una emotiva publicación.
🩺 Un diagnóstico que lo cambió todo
Damir, un niño cubano de 10 años, ha sido el rostro de una dura batalla contra la enfermedad y los obstáculos burocráticos. En febrero de este año, le diagnosticaron neurofibromatosis tipo 1, una condición médica grave que lo ha puesto en una situación muy delicada.
En busca de un mejor tratamiento, su familia emprendió una carrera contrarreloj para trasladarlo a Estados Unidos, donde podría recibir la atención especializada que en Cuba no estaba disponible. Sin embargo, el camino no fue fácil.
🛂 Una visa humanitaria llena de trabas
Con el diagnóstico en mano y la urgencia de actuar, los padres de Damir Ortiz Salcedo se enfrentaron a una barrera difícil de superar: conseguir la visa humanitaria para viajar.
El obstáculo principal no vino de las autoridades estadounidenses, sino de la negativa de la Embajada de EE. UU. en La Habana de conceder la visa humanitaria de inmediato. Según denunció la familia, el gobierno cubano se demoró en entregar una carta oficial del hospital en Estados Unidos que confirmara la admisión del pequeño. Sin ese documento, la visa no podía ser aprobada.
🛑 Mientras tanto, el estado de salud de Damir se deterioraba. Ante la falta de respuestas, sus familiares, amigos y cubanos solidarios dentro y fuera de la isla comenzaron a alzar la voz. En La Habana y en Miami, se organizaron protestas para exigir una solución. Incluso, el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart intervino en el caso, gestionando presionar por la obtención del visado.
✈️ Una carrera contrarreloj por la vida
Ante la urgencia del caso, se inició una campaña de recaudación de fondos con la meta de reunir 40,000 dólares para costear la ambulancia aérea que trasladaría a Damir a Miami, Florida. La respuesta fue abrumadora: en cuestión de días, la comunidad cubana en el exilio mostró su generosidad y consiguió el dinero necesario.
Sin embargo, un nuevo obstáculo se interpuso en el camino: la burocracia. La familia tuvo que esperar la carta oficial de admisión hospitalaria, un documento obligatorio para permitir la salida del niño de Cuba. Este retraso, como era de esperarse, generó aún más angustia.
🙏 Un respiro y mucha gratitud
Finalmente, tras semanas de incertidumbre, el pequeño Damir y su madre, con visa en mano, lograron abordar la ambulancia aérea que los llevó a Estados Unidos, donde el menor ya está recibiendo los tratamientos que necesita.
Desde su llegada, la atención médica ha sido prioritaria y, según la última actualización, el niño sigue estable y sin fiebre. Su familia no tiene palabras para agradecer el apoyo recibido, tanto dentro como fuera de Cuba. La ayuda económica y la presión mediática fueron clave para que este pequeño luchador lograra salir de la isla y recibir la atención que le habían negado.
🌍 Mientras la familia de Damir se aferra a la esperanza, el caso ha vuelto a poner sobre la mesa el drama que enfrentan miles de cubanos con enfermedades graves. La crisis sanitaria y la falta de recursos en la isla han llevado a muchas familias a buscar ayuda en otros países, topándose con la dura realidad de la burocracia y la politización de la salud.
📢 «No nos queda más que agradecer de todo corazón a esta gran nación», dijo la activista Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia, en un mensaje que recoge el sentir de muchos cubanos dentro y fuera de la isla.
Mientras tanto, en un hospital estadounidense, Damir sigue luchando con valentía, rodeado del amor de su familia y el apoyo de miles de personas que no han dudado en extenderle una mano. Su historia ha tocado corazones y sigue siendo un reflejo de las dificultades y esperanzas de tantos cubanos que sueñan con un futuro mejor.