La industria alimentaria en Cuba está en crisis profunda, y los números no mienten. La producción nacional de alimentos ha caído a mínimos históricos, y lo que llega a la mesa de los cubanos depende, en gran medida, de las importaciones. Según el periódico oficial Granma, el Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL) es responsable de nueve productos de la canasta básica, pero ocho de ellos provienen del extranjero.
Pérdidas millonarias y problemas logísticos
En el balance anual de 2024, las autoridades reconocieron que Havana Club, una de las marcas más icónicas de ron y bebidas alcohólicas, sufrió pérdidas superiores a los 40 millones de dólares. Además, la Cervecería Bucanero enfrentó problemas para abrir cuentas en el exterior debido a trámites bancarios lentos, algo que el gobierno atribuye al embargo estadounidense.
Pero eso no es todo. Un envío de 3.000 toneladas de jurel, donado por un país africano, tardó 75 días en llegar a Cuba, lo que incrementó los costos de manera significativa. Estos ejemplos reflejan las dificultades logísticas y financieras que agravan la crisis alimentaria.
Pan reducido y falta de combustible
Uno de los golpes más duros para los cubanos ha sido la reducción del pan a 60 gramos por persona, debido a la escasez de harina de trigo. Además, el MINAL solo contó con una cuarta parte del combustible planificado para 2024, lo que ha limitado aún más la producción y distribución de alimentos.
¿Qué dice el gobierno?
El primer ministro Manuel Marrero insistió en que “la comida más segura emerge de la producción nacional”, pero la realidad es que el régimen sigue imponiendo trabas a los productores privados y priorizando las instalaciones estatales, muchas de ellas obsoletas. Marrero también destacó la necesidad de proteínas y criticó la importación de café, afirmando que “carece de sentido”. En cambio, propuso aumentar la siembra de cacao, al que calificó como “oro”.
Pesca: Exportaciones vs. consumo local
El pescado, uno de los alimentos más ausentes en las mesas cubanas, sigue siendo un tema crítico. Osmani Barreiro Consuegra, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Pesquera, admitió que las exportaciones alcanzaron solo el 67% de lo planeado, y las capturas no llegaron ni a la mitad. Productos como el camarón, la tilapia y las clarias son los más destacados, pero rara vez llegan a los mercados locales.
Promesas y realidades
A pesar del panorama desolador, el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López Díaz, anunció que las aportaciones del sector al Estado crecerán un 26% en 2025. Sin embargo, este incremento no se traducirá en más alimentos para los cubanos, sino en exportaciones y ventas en dólares, destinadas principalmente al turismo.
Donaciones internacionales y pobreza creciente
Aunque organizaciones como la FAO han donado recursos para impulsar la pesca, la agricultura y otros sectores, el consumo de proteínas y calorías ha disminuido drásticamente en la población. Esto se suma al aumento de la pobreza y la inflación, que han empeorado la calidad de vida de los cubanos.
El sector privado, ignorado
El economista Pedro Monreal criticó la actitud del gobierno hacia el sector privado, al que calificó como “crucial” pero sigue siendo “ninguneado” por la burocracia. Según Monreal, esta “obcecación ideológica” impide que se aproveche plenamente el potencial de los productores independientes.
