Tras semanas de angustia, burocracia interminable y una lucha incansable por parte de su madre y la sociedad civil cubana, el niño cubano Damir Ortiz Ramírez logró llegar a Miami en un avión ambulancia para recibir tratamiento médico especializado.
Un viaje que se hizo esperar
A las 5:53 a.m. (hora de Cuba), el vuelo que transportaba a Damir despegó con destino al Nicklaus Children’s Hospital, según informó en redes la activista Yamilka Lafita, conocida como Lara Crofs. “La sociedad civil cubana acaba de salvar otro niño. Esto es una victoria sin precedentes”, celebró.
Desde la madrugada, activistas habían seguido cada paso de la operación. En el Aeropuerto Internacional de Miami, Idelisa Diasniurka Salcedo Verdecia filmó la llegada del avión. «¡Llegando nuestro niño! ¡Está en el país de los juguetes!», publicó emocionada junto a un video del aterrizaje.
Un camino lleno de trabas y desesperación
El calvario de Damir y su familia comenzó a mediados de febrero, cuando su salud se deterioró rápidamente. El niño, de apenas 10 años, sufre neurofibromatosis tipo 1, una enfermedad que provoca tumores en el sistema nervioso. Esto derivó en un neurofibroma plexiforme en su ojo derecho, afectando su visión y provocando inflamación ocular severa.
Por si fuera poco, más tarde le diagnosticaron leucemia aguda, complicando aún más su estado. Además, enfrentó daño renal y una drástica caída de plaquetas y hemoglobina, lo que le causó sangrados y la necesidad de constantes transfusiones.
Su madre, Eliannis Ramírez, sabía que en Cuba no había recursos suficientes para salvarlo, por lo que comenzó una intensa campaña para trasladarlo a Estados Unidos. Pero el camino no fue fácil.
El 6 de febrero, el gobierno estadounidense le negó la visa humanitaria, un golpe devastador. Lejos de rendirse, su madre, junto a activistas y miles de cubanos, presionó incansablemente hasta conseguir que reconsideraran el caso. Finalmente, el 7 de marzo se aprobó la visa, pero aún quedaban barreras por superar.
La lucha contra la burocracia
Con la visa lista, el siguiente obstáculo fue recaudar los fondos para el avión ambulancia, un proceso que se demoró por no contar con una cuenta bancaria a nombre del menor. Cada avance traía un nuevo problema, pero la comunidad cubana dentro y fuera de la isla no dejó de empujar.
El 8 de marzo se anunció que el dinero ya estaba disponible, pero al día siguiente surgieron trabas con los permisos de salida. La incertidumbre se alargó días, hasta que por fin, el 11 de marzo, Damir pudo abordar el avión rumbo a Miami.
Un acto de solidaridad sin precedentes
Mientras todo esto ocurría, cubanos en la isla se movilizaron para donar sangre y asegurar que Damir pudiera viajar en las mejores condiciones posibles. Fue un acto de amor, resistencia y unidad que demostró que, cuando el pueblo se organiza, puede superar incluso los obstáculos más duros.
Ahora, Damir está en Miami recibiendo la atención médica que tanto necesitaba. Su historia es un testimonio del poder de la solidaridad y de una madre que nunca dejó de pelear por la vida de su hijo. Ante la ineficiencia de un sistema lleno de trabas, fue el pueblo quien, una vez más, logró un milagro.