Casi siete años después del trágico accidente aéreo de La Habana en mayo de 2018, Mailén Díaz Almaguer, la única sobreviviente de aquel fatídico suceso, sigue demostrando una fortaleza que deja sin palabras. A través de sus redes sociales, la joven cubana ha compartido imágenes de su intensa rutina de rehabilitación, mostrando al mundo que, a pesar de las adversidades, el espíritu humano puede ser inquebrantable.
Una rutina que inspira
En sus recientes publicaciones, Mailén aparece realizando una terapia de bipedestación asistida, utilizando un dispositivo terapéutico diseñado para personas con paraplejia o dificultades motoras. Este tratamiento no solo ayuda a mantener la posición vertical, sino que también ofrece beneficios como mejorar la circulación sanguínea, prevenir la osteoporosis y fortalecer la musculatura, reduciendo el riesgo de úlceras por presión.
Junto a las imágenes, Mailén compartió un mensaje lleno de fe y determinación: “¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y sé valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”. Un versículo bíblico que refleja su convicción y la fuerza que la ha mantenido en pie, literal y figurativamente.
El accidente que marcó un antes y un después
El 18 de mayo de 2018, un Boeing 737 operado por la aerolínea mexicana Global Air, y arrendado por Cubana de Aviación, se estrelló poco después de despegar del aeropuerto José Martí. El accidente cobró la vida de 112 personas, dejando a Mailén como la única sobreviviente. Desde entonces, su historia ha tocado el corazón de millones, convirtiéndola en un símbolo de esperanza y resiliencia.
Un mensaje de superación
A lo largo de estos años, Mailén ha utilizado sus redes sociales no solo para compartir su proceso de recuperación, sino también para enviar mensajes motivacionales a quienes enfrentan sus propias batallas. Su actitud positiva y su gratitud hacia quienes la han apoyado en este camino han inspirado a muchos, tanto en Cuba como en el resto del mundo.
¿Por qué su historia nos conmueve?
Mailén no es solo una sobreviviente; es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, hay luz al final del túnel. Su perseverancia y su capacidad para encontrar fuerza en la fe y en el apoyo de los demás nos enseñan que nada es imposible cuando se tiene voluntad y corazón.
Un legado de esperanza
Hoy, Mailén sigue siendo una fuente de inspiración. Su historia nos recuerda que, aunque la vida nos ponga a prueba, siempre hay una razón para seguir adelante. Y si alguien lo duda, solo tiene que mirar a esta joven cubana, que con cada paso, cada terapia y cada mensaje, nos demuestra que la resiliencia es más fuerte que cualquier tragedia.