La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) ha lanzado su convocatoria para los tradicionales desfiles del Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores. Bajo el lema «Por Cuba Juntos Creamos», el régimen busca «reafirmar la unidad del pueblo cubano» y su resistencia ante lo que llama «la creciente hostilidad de un imperio cada vez más agresivo».
El evento central tendrá lugar en la Plaza de la Revolución José Martí de La Habana, y se replicará en todo el país. Según el comunicado de la CTC, esta movilización será una «contundente demostración» de que los cubanos siguen «combatiendo», a pesar de las evidentes muestras de descontento con la gestión gubernamental.
Pero, ¿de qué combate hablan?
En medio de una crisis económica y energética sin precedentes, con apagones interminables, escasez de alimentos y colapso de servicios básicos, muchos se preguntan si estos desfiles son realmente una celebración o una pantomima para apuntalar al gobierno.
El discurso oficial no se queda corto en retórica. La CTC culpa al gobierno de Estados Unidos de todos los males que aquejan a la Isla, exigiendo «el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero». Además, critican la reciente inclusión de Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo, calificándola como una medida «absurda y espuria».
«Con el aporte de todos, avanzaremos en los programas que sustentan la transformación socio-económica y el desarrollo del país», promete el comunicado. Sin embargo, la realidad es que los salarios y pensiones no alcanzan ni para lo básico, y la empresa estatal socialista sigue siendo más un ideal que una realidad.
El año pasado, el gobierno presumió de un «fuerte apoyo popular», afirmando que cuatro millones de cubanos participaron en los desfiles. Pero las imágenes mostraron una plaza semivacía, lo que dejó en evidencia la brecha entre la retórica oficial y la realidad.