La comunidad de La Campana, en el municipio de Manicaragua, Villa Clara, está de luto tras el brutal asesinato de Gustavo Alejo Misa, un anciano de 78 años. El crimen, ocurrido el pasado 4 de marzo, ha dejado a los vecinos consternados y ha reavivido el debate sobre la inseguridad y la impunidad en Cuba.
Todo comenzó alrededor de la medianoche, cuando Gustavo se percató de que estaban robando en su local. Con valentía, decidió perseguir a los ladrones, pero lo que siguió fue una tragedia. A unos 500 metros, los delincuentes se detuvieron y lo atacaron con un machete, causándole heridas mortales.
Los presuntos responsables, identificados como los hermanos Yuidel y Enel Villazón Perera, fueron capturados días después. Además, las autoridades investigan la posible participación de una mujer de unos 50 años, quien habría actuado como cómplice, alertando a los asaltantes en caso de algún imprevisto.
¿El móvil del crimen? Según el internauta Almakki Díaz, todo se redujo a varios paquetes de galletas y otros objetos que los ladrones habían robado. «Gustavo solo intentó recuperar lo suyo, y eso le costó la vida», escribió en redes sociales.
Vecinos de la zona fueron testigos indirectos del suceso. Vieron a los hermanos Villazón caminando en dirección contraria y, al preguntarles por Gustavo, ellos negaron haberlo visto. Poco después, el cuerpo del anciano fue encontrado desmembrado. El arma homicida, un machete, fue hallada envuelta en una toalla debajo de un puente, ambos objetos pertenecientes a la víctima.
El caso ha generado indignación entre los habitantes de La Campana, quienes exigen mayor seguridad ante el aumento de la violencia. «Esto no puede quedar impune», comentó un vecino, reflejando el sentir de una comunidad que clama justicia.
Fuentes oficiales han condenado el hecho, calificándolo como «inadmisible». Sin embargo, muchos se preguntan cómo es posible que delincuentes actúen con tanta impunidad, robando y atentando contra la vida de los ciudadanos sin temor a las consecuencias.