En el corazón de Granma, específicamente en Río Cauto, la tensión se palpaba en el aire. Vecinos y vecinas salieron a las calles para exigir la liberación de Mayelín Carrasco Álvarez, una madre cubana detenida de manera arbitraria después de alzar su voz en una protesta pacífica. Lo que comenzó como un reclamo por justicia, se transformó en un enfrentamiento directo con las fuerzas represivas del régimen.
Un video que ha dado la vuelta al mundo muestra a una multitud, en su mayoría mujeres, plantándose frente a un cordón policial. Entre uniformados y agentes de civil con teléfonos en mano, los manifestantes no se dejaron intimidar. “¡Aquí nadie nos está incitando, todas tenemos las mismas necesidades!”, gritaban, dejando claro que su lucha no es manipulada, sino nacida del hambre y la desesperación que azota a Cuba.
Uno de los momentos más intensos se vivió cuando una joven, con una valentía que erizaba la piel, se plantó frente a un teniente coronel del MININT y preguntó con voz firme: “¿Qué delito yo he cometido?”. La respuesta de la multitud fue unánime: “¡Ninguno!”. La joven, sin titubear, siguió exigiendo respuestas sobre el paradero de Mayelín, quien fue arrestada el pasado 5 de marzo tras protestar en la plaza Ángel Frías.
“¡Explíquenle al pueblo por qué tienen a Mayelín presa! ¡Mayelín no hizo nada!”, coreaban los manifestantes. La escena era tensa. Coroneles, tenientes coroneles y miembros de la temida Brigada Especial Nacional (los famosos Boinas Negras) no podían ocultar su nerviosismo. Mientras tanto, agentes de civil recorrían el lugar, grabando a los presentes y buscando identificar a los líderes de la protesta.
Pero la gente no se dejó amedrentar. “¡Aquí todos tenemos esos problemas, que nos lleven a todos entonces!”, gritaban, demostrando que el hartazgo ha llegado a un punto de no retorno. La presencia de los Boinas Negras, conocidos por su ferocidad, dejaba en evidencia el miedo del gobierno a que la situación escalara aún más.
Mayelín, una madre de tres hijos, fue trasladada desde Río Cauto hasta Bayamo, donde permanece en una instalación del MININT. Durante un interrogatorio, sufrió un desmayo que requirió atención médica, lo que ha encendido las alarmas sobre su estado de salud y el trato que está recibiendo.
Hasta ahora, el régimen cubano ha guardado silencio, sin ofrecer explicaciones sobre la detención de Mayelín ni sobre las protestas que continúan creciendo en Río Cauto. Pero una cosa está clara: el pueblo cubano ya no tiene miedo. La crisis económica, la falta de alimentos y la represión han unido a la comunidad en una lucha que parece no tener vuelta atrás.
La valentía de estas mujeres y hombres, que se enfrentan a un sistema opresor con nada más que su voz y su dignidad, es un recordatorio de que, aunque la batalla sea dura, la esperanza y la resistencia son más fuertes que el miedo.
Mientras tanto, en Río Cauto, la consigna sigue siendo clara: “Libertad para Mayelín y justicia para Cuba”. Y esta vez, parece que el pueblo no está dispuesto a ceder.