Después de una semana llena de tensiones, el gobierno de Granma decidió organizar una pequeña feria agropecuaria en Río Cauto, justo tras las masivas protestas del viernes, donde cientos de personas salieron a las calles para exigir la liberación de Mayelín Carrasco Álvarez, una madre de tres hijos detenida por denunciar la escasez y el hambre que azotan a su comunidad.
“Se desarrolla Feria Integral en el área del Bosque de Río Cauto”, anunció el gobierno en sus redes sociales, mostrando imágenes de camiones cargados de plátanos, arroz, chícharos y harina de maíz. Aunque la oferta era limitada, la intención era clara: calmar los ánimos de una población cansada y hambrienta.
Pero, ¿fue suficiente? Para muchos, esta feria no es más que una estrategia de distracción, un intento del régimen por mostrar una falsa normalidad mientras chantajea al pueblo con lo que más necesita: comida.
“Recordemos que la paz y la tranquilidad son el reflejo de nuestra fortaleza como pueblo”, publicó el gobierno esa misma noche, acompañando el mensaje con fotos de calles vacías. Sin embargo, lo que no mostraron fueron las imágenes de las protestas, donde los vecinos coreaban “Libertad para Mayelín” y hacían sonar sus calderos en señal de descontento.
Mayelín Carrasco, de 47 años, fue detenida el jueves después de denunciar públicamente la falta de alimentos básicos como leche y huevos, y la escasez de recursos para cocinar. Su arresto encendió la mecha de una comunidad que ya estaba al límite.
La tensión en las calles
Las imágenes de la protesta del viernes no dejaron lugar a dudas: el pueblo de Río Cauto no se quedó callado. Frente a un cordón policial formado por altos oficiales del MININT y la PNR, además de agentes de civil grabando con sus teléfonos, los manifestantes exigieron respuestas.
En medio de la agitación, Yudelkis Ortiz Barceló, primera secretaria del Partido en Granma, intentó apelar al “sacrificio colectivo” mientras justificaba la represión. “La revolución no les quitará nada de lo que les ha dado”, dijo, citando como ejemplo “la electricidad”.
Pero sus palabras no convencieron a nadie. “Por eso no le puedo permitir aquí a nadie que se manifieste ni que hable con los que no conoce”, advirtió, dejando claro que el régimen no tolerará más expresiones de descontento.
¿Ferias o parches?
Mientras el gobierno intenta apaciguar los ánimos con ferias y mensajes de “paz”, la realidad es que el pueblo de Río Cauto sigue sufriendo. La falta de alimentos, la escasez de recursos y la represión han llevado a muchos a perder el miedo y alzar la voz.
Mayelín Carrasco se ha convertido en un símbolo de esta lucha, y su detención solo ha fortalecido la determinación de su comunidad. “Libertad para Mayelín” no es solo un grito, es una demanda de justicia y dignidad.