Por casi una semana, los cubanos en Santiago de Cuba se han quedado sin pan porque no hay harina para producirlo. La Empresa Estatal de Alimentos confirmó la escasez, excepto en la cabecera provincial, pero los ciudadanos aseguran que el problema se siente en toda la isla. Lo curioso es que mientras el pan normado desaparece, el que se vende en el sector privado sigue disponible… a precios que pocos pueden pagar.
Indignación en redes: «El pan nuestro ya no es de cada día»
La noticia ha desatado una avalancha de comentarios en redes sociales. «El pan nuestro ya no es de cada día, es cuando se pueda», escribió una usuaria en una publicación de nuestro blog. Otro usuario se preguntó indignado: “No hay harina para el pan de la canasta familiar, pero sí para vender pan liberado a precios altísimos. ¿Hasta cuándo van a jugar con el pueblo?».
El sector privado no da abasto, pero el gobierno tampoco responde
El pan normado ha sido un dolor de cabeza durante años en Cuba. El gobierno ha incumplido una y otra vez con su producción, dejando la responsabilidad en manos del sector privado. Sin embargo, esta solución es insuficiente: no hay forma de que el sector privado cubra la demanda de un país entero, y mucho menos que todos los cubanos puedan pagar el pan a precios elevados.
Para «resolver», las autoridades han tomado medidas cuestionables como reducir el peso del pan que se distribuye por la libreta de abastecimiento. Pero ni con eso logran mantener la oferta.
700 toneladas de harina al día… y solo producen 250
Las cifras oficiales dejan claro que el problema es grande. Para que el pan llegue a todos los cubanos, se necesitan alrededor de 700 toneladas de harina al día, pero en 2024 el país solo alcanzaba a producir unas 250 toneladas. La falta de materias primas, la crisis del combustible y la escasez de fondos han convertido la producción de pan en una misión casi imposible para el gobierno.
El pan, más necesario que nunca en un país en crisis
Para muchas familias cubanas, el pan no es solo un alimento básico, sino una alternativa clave en medio de la crisis. Con los apagones constantes, la falta de otros productos y la escasez de gas para cocinar, el pan muchas veces se convierte en la única opción rápida y accesible para comer.
Pero cuando ni siquiera eso está garantizado, la desesperación crece. La crisis del pan en Cuba no es nueva, pero cada vez es más evidente, convirtiéndose en un símbolo del colapso generalizado del país. Mientras el gobierno no dé respuestas, la pregunta seguirá en el aire: ¿qué será lo próximo que desaparezca de la mesa de los cubanos?