Lo que empezó como una queja de vecinos se transformó este viernes en una manifestación masiva en Río Cauto, Granma, donde cientos de personas salieron a las calles para exigir la liberación de Mayelín Carrasco Álvarez, una madre de tres hijos detenida por denunciar la escasez extrema y el hambre que azota a su comunidad.
“¡Libertad para Mayelín!” coreaban los manifestantes, mientras otros hacían sonar sus calderos en señal de protesta. Las imágenes compartidas en redes sociales muestran a los vecinos enfrentándose a las patrullas policiales que llegaron para dispersar la manifestación. Pero los residentes, decididos, no se movieron. “Aquí estamos, y no nos vamos”, parecían decir con su firmeza.
¿Quién es Mayelín Carrasco?
Mayelín, de 47 años, se había convertido en la voz de su comunidad al denunciar públicamente la falta de alimentos básicos como leche y huevos, y la ausencia de recursos para cocinar. En sus declaraciones, no solo habló de la crisis local, sino que también señaló que “ya se ha caído todo”, refiriéndose al colapso económico que vive Cuba.
Su arresto ocurrió el jueves, y durante el interrogatorio, Mayelín sufrió un desmayo que obligó a trasladarla a un hospital antes de ser llevada a Bayamo. Este incidente solo avivó la indignación de sus vecinos, quienes ven en ella a una mujer valiente que alzó la voz por todos.
El Gobierno responde… pero no convence
El Gobierno de Río Cauto intentó desacreditar a Mayelín a través de un comunicado en redes sociales, asegurando que le habían ofrecido soluciones temporales, como una vivienda de tabla y zinc. Sin embargo, los residentes de Guamo Viejo, el barrio donde vive Carrasco, no se tragaron el cuento. Para ellos, Mayelín es un símbolo de la lucha contra la miseria y el abandono que sufren a diario.
“No es locura, es hambre”, comentó un vecino en referencia a los intentos de las autoridades por tildar a Mayelín de tener problemas de salud mental. “Ella no está loca, está harta. Como todos nosotros”, añadió otro manifestante.
La solidaridad se hace sentir
La protesta no fue solo por Mayelín, sino por todos los que ven en su historia un reflejo de sus propias dificultades. “Si callamos hoy, mañana nos tocará a nosotros”, decía un cartel en manos de una joven. Los vecinos saben que, en un país donde la crisis económica no da tregua, levantar la voz puede costar caro. Pero también saben que, juntos, son más fuertes.
¿Qué sigue para Mayelín?
Mientras la comunidad de Río Cauto sigue en pie de lucha, las autoridades intentan calmar los ánimos con promesas y justificaciones. Pero los vecinos no se dejan engañar. “No queremos palabras, queremos soluciones”, exigen. Y, sobre todo, quieren ver a Mayelín libre, de vuelta en su casa, con sus hijos.