La muerte de Samantha, una joven enfermera cubana, sigue envuelta en un manto de dudas, inconsistencias y negligencia. Su madre, Isabel, no ha parado de exigir justicia, enfrentándose a un sistema que parece empeñado en cerrar el caso como un simple «suicidio». Sin embargo, las pruebas desaparecidas, los testimonios ignorados y las contradicciones en la investigación han generado sospechas de que la verdad está siendo ocultada a toda costa.
El fatídico día: una llamada sospechosa
Todo comenzó con una llamada. Eran las 5:22 p.m. cuando Isabel recibió un mensaje desesperado de Pedro Manuel Carmenaty, esposo de Samantha: «Isabel, ven rápido, coge un motor y ven rápido».
Sin entender nada, Isabel salió corriendo junto a su hija mayor. Al llegar al apartamento, encontró la puerta entreabierta. Dentro, su hija yacía en el suelo, fría al tacto. Pedro estaba allí, pero no hizo nada por reanimarla. Desde ese momento, Isabel supo que algo no cuadraba.
Según la versión oficial, Pedro había salido del apartamento a las 2:00 p.m. y regresado a las 5:22 p.m., exactamente cuando llamó a Isabel. Pero la madre de la víctima se hace una pregunta clave:
👉 ¿Qué hizo Pedro en esos minutos cruciales? ¿Por qué no intentó salvar a su esposa?
Pruebas desaparecidas y testigos ignorados
La escena donde fue encontrada Samantha presentaba elementos extraños. Junto a su cuerpo había varios bulbos de medicamentos. Sin embargo, cuando Isabel regresó al apartamento dos horas después, los bulbos ya no estaban.
Vecinos aseguraron haber visto a un joven salir del apartamento con un paquete envuelto poco después de que Isabel se llevara el cuerpo de su hija. ¿Quién era? ¿Qué llevaba? Las autoridades nunca investigaron esta pista.
Una investigación llena de irregularidades
Desde el primer momento, la madre de Samantha se encontró con obstáculos en su búsqueda de justicia. Contrató a un abogado, pero este nunca tuvo tiempo de atender el caso.
Cuando visitó las oficinas de Operaciones para pedir respuestas, la respuesta siempre era la misma: «No tenemos información». El instructor del caso solo se presentó una vez y luego desapareció, dejando a Isabel sumida en la desesperación.
Lo más alarmante ocurrió cuando una prueba clave desapareció misteriosamente:
🛑 A los 37 días del fallecimiento de Samantha, las autoridades afirmaron que las huellas en la jeringuilla y el bulbo eran de la víctima.
🛑 Sin embargo, la perito forense que manejó el caso dijo que era imposible obtener huellas porque los objetos estaban empapados.
🛑 Cuando Isabel insistió en rastrear el medicamento que causó la muerte de su hija, le informaron que el bulbo “se había perdido” en el hospital.
¿Una simple coincidencia o encubrimiento?
Un testigo clave ignorado
Isabel llevó a un testigo a declarar en Operaciones. Este aseguraba que el padre de Pedro Carmenaty había dicho en su trabajo que su hijo había matado a su esposa con una inyección y que luego planeaba suicidarse.
¿La respuesta de las autoridades? Ignoraron completamente la declaración.
Tres días después, Pedro fue liberado bajo investigación y su padre intentó retractarse de lo dicho. ¿Coincidencia? ¿Presión?
Denuncias sin respuesta
A lo largo del último año, Isabel ha presentado quejas ante diferentes instituciones:
📌 Primera Secretaria del PCC → Nunca le respondieron.
📌 Dirección Provincial de Salud Pública → Se lavaron las manos.
📌 Federación de Mujeres Cubanas → Ni una sola respuesta.
Incluso la Fiscalía General Provincial argumentó que «no tenían elementos probatorios» para seguir con el caso. Pero claro, las pruebas clave habían desaparecido misteriosamente.
Finalmente, el caso fue archivado. Para las autoridades, Samantha se suicidó. Para su madre, su hija fue asesinada y el crimen quedó impune.
¿Se hará justicia?
A pesar de todo, Isabel sigue luchando para que la muerte de Samantha no quede en el olvido. Sabe que nada le devolverá a su hija, pero su dolor se ha convertido en una batalla por la verdad.
📢 «Soy consciente de que nada me la devolverá, pero pido justicia y respuestas claras», concluye.
La pregunta ahora es: ¿Alguien escuchará su clamor o este caso quedará impune para siempre?
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