La influencer cubana Cinthya Medrano García, mejor conocida como La Cintumbare, está otra vez en boca de todos. Esta vez, no por su estilo desenfadado o sus polémicas, sino por su reciente aparición en la vida nocturna de La Habana, acompañada de Sandro Castro, el nieto del fallecido líder Fidel Castro. Y como es de esperar, las redes sociales no tardaron en explotar.
Después de su deportación desde Estados Unidos, La Cintumbare ha estado compartiendo su día a día en la isla, pero fue su noche de fiesta en una discoteca habanera la que realmente llamó la atención. En sus historias de Instagram, se la veía bailando reguetón, sonriendo y disfrutando de la compañía de Sandro, en un ambiente que dejaba claro que la conexión entre ambos iba más allá de un simple saludo.
¿Qué dice la gente?
Bueno, las opiniones están divididas. Por un lado, están los que le tiran flores a la influencer por vivir su vida sin importar los chismes. Por otro, están los que no pueden evitar cuestionar su cercanía con Sandro, un joven que, como diríamos en buen cubano, «vive en otra galaxia» comparado con la realidad que enfrenta la mayoría de los cubanos.
Y es que Sandro Castro no es ajeno a la polémica. En más de una ocasión, ha sido criticado por presumir una vida de lujos en un país donde el pan y la leche son artículos de lujo para muchos. Desde fotos con autos de alta gama hasta fiestas exclusivas, Sandro parece vivir en una burbuja que contrasta fuertemente con la crisis económica y social que azota a Cuba.
El contraste no podría ser más evidente
Mientras Sandro y La Cintumbare se dejaban llevar por el ritmo del reguetón en una discoteca habanera, millones de cubanos luchan por conseguir lo básico: comida, medicinas y un futuro mejor. La inflación está por las nubes, la economía está en picada y cada vez son más los que buscan escapar de la isla en busca de oportunidades.
Este nuevo capítulo en la vida de La Cintumbare ha reavivado el debate sobre las diferencias de clase en Cuba y cómo los descendientes de la cúpula gubernamental parecen vivir en un mundo paralelo. Las imágenes de Sandro disfrutando de la noche habanera no hacen más que recordarnos esa brecha que, para muchos, es insalvable.
¿Qué sigue para La Cintumbare?
Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, lo que está claro es que su regreso a Cuba no ha pasado desapercibido, y su noche de fiesta con Sandro Castro ha dejado más preguntas que respuestas. Mientras tanto, la isla sigue navegando en aguas turbulentas, con una crisis que no da tregua y un pueblo que, a pesar de todo, no pierde la esperanza.