En el municipio de Jobabo, provincia de Las Tunas, las autoridades dieron un golpe contundente contra la minería ilegal. Ocho individuos fueron arrestados por estar presuntamente metidos en el negocio turbio de la extracción y venta ilegal de polvo de oro. La noticia, que se viralizó en Facebook a través del Gobierno Provincial del Poder Popular de Las Tunas, dejó claro que el asunto no es cosa de juego.
La operación fue el resultado de denuncias ciudadanas y controles rigurosos por parte de las autoridades locales y el Partido. Con todo el equipo necesario para la faena, los detenidos estaban bien preparados: plantas eléctricas, generadores, turbinas, martillos demoledores y hasta un “trómer” (un molino artesanal para triturar piedras) fueron incautados durante el allanamiento.
¿Qué pasa con los detenidos? Ahora mismo están bajo investigación por delitos relacionados con la minería ilegal, algo que el Código Penal cubano no se toma a la ligera. Las autoridades aprovecharon para hacer un llamado a la población: “Denuncien, que esto no es solo un delito, sino también un peligro para el medio ambiente y la salud de todos”. Y es que, como bien dicen, la minería ilegal no solo deja huecos en la tierra, sino también en el futuro del país.
La fiebre del oro: un problema que no se va
Este no es un caso aislado. La extracción ilegal de oro en Cuba es como un mal que no quiere curarse. Desde hace años, varias regiones del país han sido afectadas por esta práctica, que no solo daña el medio ambiente, sino que también deja un reguero de problemas económicos y sociales.
Por ejemplo, en junio de 2021, un incendio en el Parque Natural Alejandro de Humboldt puso en evidencia el impacto de la minería furtiva. Ese mismo mes, 115 personas fueron procesadas por actividades ilegales relacionadas con el oro. Y la cosa no paró ahí. En diciembre de 2022, las autoridades desmantelaron una mina ilegal en Camagüey, y en enero de 2023, otro caso similar salió a la luz en Ciego de Ávila.