La administración de Donald Trump, a través del secretario de Estado, Marco Rubio, tomó la decisión de retirar los fondos gubernamentales que sostenían el portal de noticias independiente CubaNet. La medida forma parte de una estrategia más amplia de suspensión de asistencia exterior, lo que representa un duro golpe para los medios independientes que operan desde el exilio y brindan voz a periodistas dentro de la isla.
«Nos ponen contra la pared»
El director de CubaNet, Roberto Hechavarría Pilia, admitió que la decisión pone en serio riesgo la continuidad del medio.
«Mantener nuestra labor tal como la hemos concebido hasta ahora será extremadamente complicado«, comentó a Diario de Cuba tras ser notificado de la suspensión de la subvención por parte de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Desde su fundación en 1994, CubaNet ha sido un pilar del periodismo independiente cubano, sirviendo de plataforma a periodistas dentro de la isla para denunciar la realidad que el régimen intenta censurar.
Un respiro para el régimen cubano
«Nuestro propósito siempre ha sido contrarrestar la propaganda del castrismo. Sin estos fondos, el gobierno de La Habana tendrá más espacio para intensificar su censura y represión«, advirtió Hechavarría.
Esta no es una decisión aislada. A finales de enero, varios medios independientes del exilio fueron notificados de una suspensión temporal de financiamiento mientras el Gobierno de EE.UU. revisaba sus programas internacionales. Sin embargo, en el caso de CubaNet, la suspensión se convirtió en definitiva la semana pasada.
Según la notificación recibida, Marco Rubio y Peter W. Marocco, administrador adjunto de la USAID, determinaron que el financiamiento a CubaNet «no era de interés nacional», lo que llevó a su cancelación.
«Un retroceso en la lucha por la libertad de expresión»
Para Hechavarría, esta decisión llega en el peor momento posible.
«El régimen cubano está en su punto más débil y esta medida le da oxígeno. Es un retroceso para el periodismo independiente, la sociedad civil y la lucha por la democracia en Cuba», enfatizó.
El periodista también advirtió sobre el impacto geopolítico de la medida: «Cuba sigue siendo un régimen totalitario a solo 90 millas de Estados Unidos, con estrechos lazos con Rusia, China e Irán. Para La Habana, esta es una gran victoria, pues se reducen los esfuerzos por fiscalizar sus acciones».
Llamado a la comunidad cubana
Ante esta crisis, Hechavarría hizo un llamado al exilio cubano y a los legisladores estadounidenses que han apoyado la causa de la libertad de prensa en Cuba.
«Es ahora o nunca«, sentenció, instando a buscar alternativas para sostener el periodismo independiente y la labor de organizaciones de la sociedad civil.
La cancelación del financiamiento llega en un contexto donde los medios alternativos que desafían la narrativa oficial están bajo presión constante, enfrentando bloqueos, persecución y limitaciones económicas.
Figuras públicas como el influencer Alexander Otaola y la cantante Haydée Milanés han expresado su respaldo a los medios afectados. También reconocidos opositores como José Daniel Ferrer, Félix Navarro, Berta Soler, Manuel Cuesta Morúa y Ángel Moya han instado al exilio cubano a apoyar económicamente a la prensa independiente a través de campañas de donaciones.
Un cambio de estrategia que afecta a toda la región
La reducción del apoyo financiero de EE.UU. a medios independientes no solo afecta a Cuba. Proyectos de derechos humanos y democracia en América Latina también han sido golpeados por estas decisiones.
Medios independientes como Factual/Distintas Latitudes y No Ficción han reportado dificultades tras la suspensión temporal de fondos de la USAID, lo que podría derivar en una crisis en el periodismo de la región.
Esta situación deja un vacío que podría ser aprovechado por potencias como China y Rusia, interesadas en fortalecer su influencia en Latinoamérica ante el repliegue de Estados Unidos en el financiamiento de medios libres.
Mientras tanto, los periodistas cubanos en el exilio enfrentan una batalla cuesta arriba, tratando de sobrevivir en un panorama donde cada vez es más difícil hacer periodismo libre.