Recientemente, Cimex, la corporación cubana ligada al aparato militar regente en la isla, ha hecho un llamado a la población a denunciar actos de corrupción e ilegalidades en sus tiendas que operan en Moneda Libremente Convertible (MLC) y dólares. Este llamado surge después de un escándalo en una de sus tiendas más conocidas: la tienda Cibeles en La Habana, donde se encontraron productos acaparados y desabastecimiento injustificado.
El escándalo en la tienda Cibeles
El caos comenzó cuando los clientes de la tienda Cibeles comenzaron a quejarse por la falta de hígado de pollo. Lo que parecía ser un simple caso de desabastecimiento se convirtió en un verdadero escándalo cuando las autoridades descubrieron mercancía oculta en el almacén. Al parecer, los productos no llegaban a los estantes y no había documentación que justificara su destino. Los clientes, hartos, comenzaron a compartir su indignación en redes sociales, lo que puso en evidencia el descontrol que parece reinar en estas tiendas.
Cimex reacciona, pero ¿es suficiente?
Ante este escándalo, Cimex emitió un comunicado en el que aseguraba estar reforzando el control en sus establecimientos para minimizar casos de corrupción e ilegalidades. En su mensaje, la corporación instó a la población a presentar las denuncias a través de sus canales oficiales, asegurando que esto les permitiría tomar medidas rápidas y eficaces. Sin embargo, muchos se preguntan si este llamado a la denuncia no es más que una estrategia para controlar la información y evitar que estos casos lleguen a la prensa oficialista. Es decir, ¿realmente están dispuestos a hacer cambios o todo se queda en palabras?
¿Solo una jugada mediática?
La estrategia de abrir canales de denuncia podría parecer positiva en un principio, pero muchos se sienten escépticos. Según algunos expertos y ciudadanos, lo que realmente busca Cimex es evitar que estos casos de corrupción se viralicen y se conviertan en un tema de debate público. A través de este control de la información, la corporación parece pretender evitar escándalos mayores y hacerle creer a la gente que están tomando medidas internas para mejorar la situación. Sin embargo, las prácticas corruptas siguen siendo un tema recurrente en las tiendas en MLC.
La corrupción no es un hecho aislado
Lo que sucedió en la tienda Cibeles no es un caso aislado. En las redes sociales, muchos cubanos han compartido sus experiencias de cómo los productos desaparecen misteriosamente de los estantes, solo para aparecer más tarde en el mercado negro a precios desorbitados. En algunos casos, se ha denunciado que empleados y directivos manipulan inventarios para favorecer a revendedores y restringir el acceso de la población a artículos esenciales. Esta situación ha creado un vacío de confianza en el sistema de tiendas en divisas, lo que ya de por sí enfrenta muchas críticas por la falta de abastecimiento regular.
Testimonios que lo dicen todo
Los testimonios de los ciudadanos en Facebook y Twitter reflejan una realidad incómoda. “Preguntas por un paquete de leche en polvo y te dicen que no hay, pero al día siguiente aparece en la calle a más del doble de su precio”, comentó un usuario indignado. Este tipo de situaciones se repiten a menudo, y muchos aseguran que los dependientes prefieren vender a conocidos o revendedores, dejando a los clientes comunes sin la oportunidad de adquirir lo que necesitan. Algunos incluso aseguran que los gerentes desvían mercancías a negocios privados, inflando precios en cafeterías y paladares, mientras las tiendas oficiales se quedan vacías.
¿Es esta la solución?
Aunque el llamado de Cimex a denunciar las ilegalidades podría parecer un paso en la dirección correcta, las prácticas de corrupción siguen siendo un problema serio que afecta a todos los cubanos. Con la falta de transparencia y el control de la información, muchos se preguntan si realmente estamos ante una solución genuina o solo una maniobra mediática para calmar la presión pública. Mientras tanto, los cubanos continúan enfrentando desabastecimiento y precios abusivos, mientras se debaten sobre si denunciar o no estos actos que siguen ocurriendo bajo la mirada del sistema.