La violencia en Cuba ha alcanzado niveles preocupantes. Un joven cuentapropista en Marianao, La Habana, fue víctima de un asalto a mano armada en plena madrugada. Dos delincuentes irrumpieron en su vivienda, sometieron al cuidador del lugar y se llevaron dos motocicletas. El hecho ha encendido las alarmas sobre el aumento de la inseguridad en la isla.
Un asalto planificado y sin rastro de los delincuentes
JM García, tía del afectado y residente en Orlando, Florida, denunció el caso en redes sociales y brindó detalles a América Tevé. Según su relato, los asaltantes treparon un muro y accedieron al estacionamiento donde estaban las motocicletas. Equipados con pistolas y armas blancas, sometieron al vigilante sin hacer ruido y lograron huir sin ser detectados.
Afortunadamente, el cuidador no resultó herido, aunque fue amenazado de muerte si intentaba resistirse. “No vale la pena perder la vida por una moto”, comentó García, reflejando el miedo que se vive actualmente en Cuba.
El crimen se dispara en Cuba y la policía no da respuestas
Este asalto no es un caso aislado. En los últimos meses, las redes sociales se han llenado de denuncias sobre robos violentos y ataques armados. Recientemente, el reguetonero cubano El Joker de Cuba desató la polémica al compartir un video en el que se exhiben armas de fuego frente a niños, reflejando la creciente normalización de la violencia en la isla.
A pesar de la denuncia, la policía cubana aún no ha logrado recuperar las motocicletas ni capturar a los delincuentes. Según informaron a la familia, han ocurrido varios robos similares en la zona, pero las investigaciones avanzan a paso lento y sin resultados.
¿De dónde salen las armas en Cuba?
Uno de los aspectos más alarmantes de este asalto es el uso de armas de fuego, algo que años atrás era poco común en la isla. La creciente presencia de armamento ha llevado a muchos cubanos a preguntarse cómo los delincuentes consiguen acceso a este tipo de equipo.
Algunos no descartan que las armas provengan de fuerzas de seguridad del Estado o de contrabando. De hecho, la propia Aduana de Cuba ha admitido recientemente un aumento en los intentos de ingreso de armamento al país, aunque no ha ofrecido cifras concretas sobre la situación.
Un país donde la inseguridad es la nueva normalidad
Mientras la violencia sigue aumentando, la desconfianza en la policía y el sistema judicial se agrava. Muchos cubanos denuncian que las autoridades no actúan a tiempo o simplemente ignoran las advertencias.
Un caso reciente ilustra esta realidad: un padre acudió a una unidad policial para alertar que su hijo, bajo los efectos de drogas, amenazaba con matar a su padrastro. La respuesta de los agentes fue que debía seguir un protocolo burocrático antes de que pudieran intervenir.
La crisis económica, la escasez y la falta de oportunidades han convertido la delincuencia en un modo de vida para muchos. Marianao, que alguna vez fue un barrio tranquilo, ahora es testigo del auge del crimen. El asalto con ametralladora en La Habana es solo una muestra de la nueva realidad cubana: un país donde el miedo y la impunidad han dejado a la población a su suerte.