El XXV Festival del Habano cerró con broche de oro tras su tradicional Subasta de Humidores, que este año logró una recaudación récord de 17.940.000 euros. Según el régimen cubano, estos fondos serán destinados al sistema de salud pública, como ocurre cada año. Sin embargo, muchos cubanos se preguntan: ¿Dónde están esos millones? La realidad de los hospitales y centros médicos en la isla, colapsados desde hace más de una década y especialmente después de la crisis del coronavirus en 2020, no parece reflejar esta supuesta inversión.
¿Qué pasó en la subasta?
La subasta, que tuvo lugar en el recinto ferial de Pabexpo en La Habana, fue parte de la Cena de Gala que clausuró el evento. Según Prensa Latina, se recaudaron 16,410,000 euros, una cifra ligeramente menor a la anunciada oficialmente. El evento contó con la presencia del gobernante Miguel Díaz-Canel y el primer ministro Manuel Marrero, quienes, como es tradición, firmaron algunos de los humidores más lujosos. Uno de ellos, un humidor de Cohiba, fue vendido por 4,9 millones de dólares, contribuyendo significativamente a la recaudación total e implantando un récord para este tipo de subastas.
Un evento de lujo en medio de la crisis
El Festival del Habano es un escaparate de opulencia y poder, que atrae a magnates y coleccionistas del mundo del tabaco. Este año, se subastaron siete humidores exclusivos, representando las marcas más prestigiosas de Habanos S.A.: Cohiba, Montecristo, Romeo y Julieta, Partagás, Hoyo de Monterrey y H. Upmann. El humidor conmemorativo del XV aniversario de la Línea Behike alcanzó un valor de 4,6 millones de euros, convirtiéndose en una de las piezas más costosas de la noche.
Cada uno de estos humidores es una obra de arte creada por los mejores artesanos cubanos, diseñada para preservar las vitolas más emblemáticas del país. Sin embargo, esta celebración de lujo contrasta brutalmente con la realidad que enfrentan los cubanos: escasez de insumos médicos, falta de medicamentos y un sistema de salud colapsado.
¿Dónde están los fondos?
A pesar de las cifras millonarias recaudadas en cada edición del Festival del Habano, el sistema de salud cubano sigue sumido en una profunda crisis. Los ciudadanos enfrentan largas colas para obtener medicamentos básicos a precios inalcanzables, los hospitales carecen de condiciones mínimas de higiene y la infraestructura médica está en estado crítico.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿A dónde va el dinero de estas subastas? El régimen cubano insiste en que los fondos se destinan a mejorar la salud pública, pero no hay auditorías ni pruebas que respalden esta afirmación. La falta de transparencia genera escepticismo y críticas entre la población, que no ve reflejado este supuesto aporte en su vida diaria.
Una tradición sin transparencia
Este no es el primer año en que la subasta alcanza cifras millonarias. Sin embargo, la desconexión entre la élite que disfruta de estos eventos y las necesidades urgentes de la población es cada vez más evidente. Mientras los humidores se venden por millones, los cubanos siguen esperando respuestas que no llegan.