El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, llegó al municipio de Niquero, en la provincia de Granma, escoltado por una caravana de al menos siete vehículos. Un espectáculo que contrasta con el discurso oficial que insiste en la cercanía del mandatario con el pueblo.
Un video publicado en redes sociales por el usuario Francisco Javier Vega Bazán muestra la llegada de Díaz-Canel a la comunidad de Belic, donde un grupo de personas lo recibió. Sin embargo, lo que más resalta en las imágenes no es el supuesto entusiasmo popular, sino el impresionante despliegue de seguridad que lo acompaña.
Encuentro con los pobladores, pero sin sorpresas
La comunicadora oficialista Ampp Niquero informó que el gobernante conversó con los residentes sobre la eficiencia de la producción agrícola, la calidad de vida en la comunidad y posibles mejoras para el país. No obstante, estos encuentros suelen estar bien planificados para evitar cualquier manifestación de descontento y asegurarse de que solo se escuchen voces afines al gobierno.
Aunque la propaganda estatal vende estas visitas como una muestra de cercanía con la gente, la realidad es otra. Díaz-Canel se mueve rodeado de un numeroso equipo de seguridad y en caravanas oficiales, un lujo que dista de la austeridad que tanto pregona el gobierno y que contrasta con la difícil situación del transporte en la isla.
La crisis golpea a la gente, pero no al gobierno
Mientras el mandatario viaja con todas las comodidades, millones de cubanos tienen que hacer largas colas para abordar un ómnibus o conseguir combustible. El despliegue de recursos en este tipo de visitas genera críticas constantes, en un país donde el ciudadano promedio lucha día a día contra la escasez de alimentos y servicios básicos.
Las continuas giras de Díaz-Canel por diferentes provincias han sido vistas por muchos como intentos de reforzar su imagen en medio de un creciente descontento popular. Sin embargo, para la mayoría de los cubanos, estos recorridos no representan soluciones concretas a los problemas reales del país.
Propaganda política sobre ruedas
En los últimos meses, Díaz-Canel ha intensificado sus viajes a la región central y oriental de Cuba. En algunos casos, ha optado por trasladarse en avión, lo que genera aún más indignación entre quienes deben lidiar con el colapso del transporte público.
Esta misma semana, miles de personas fueron movilizadas en Guantánamo para asistir a un acto en la Plaza de la Revolución Mariana Grajales Coello, con el propósito de manifestar su rechazo a la política de EE.UU. hacia Cuba. Un evento más dentro de la maquinaria propagandística del gobierno.
Mientras tanto, la crisis del combustible sigue agravándose. La semana pasada, el gobierno anunció nuevas restricciones en la venta de gasolina especial, permitiendo su compra únicamente con dólares estadounidenses (USD). No hay suficiente combustible para la población, pero siempre hay disponibilidad para las caravanas y actos políticos.
La brecha entre el gobierno y el pueblo cubano sigue creciendo, y cada recorrido presidencial es un recordatorio más de esa distancia.