La popular heladería Coppelia, ícono de La Habana, reabrió sus puertas después de tres meses de reparaciones, pero la experiencia de la locutora y presentadora cubana Laritza Camacho sugiere que poco ha cambiado en el emblemático establecimiento. Laritza visitó Coppelia el miércoles por la tarde, alentada por la ausencia de colas, pero lo que encontró fue una realidad muy diferente a la que promociona la prensa oficialista.
A pesar de los carteles gigantes que anunciaban muchas ofertas, solo había dos sabores de helado: vainilla y rizado de chocolate, y de especialidad, ensalada. “El helado no estaba malo”, admitió Laritza en su muro de Facebook, pero su experiencia general dejó mucho que desear. “Los toldos negros de churre, las sillas despintadas, la misma vajilla plástica”, describió, cuestionando las supuestas mejoras tras la remodelación.
Un servicio deficiente y precios elevados
Mientras esperaban que les sirvieran, Laritza y su amigo observaron que el servicio seguía siendo deficiente. “Cuando recogen la mesa, el agua de los vasos la tiran a las plantas (ok) pero casi por arriba de la cabeza de los clientes, a los que llaman familia, mamita, papito, muchacha…”, agregó. Además, presenciaron una discusión entre trabajadores, lo que añadió un toque de caos a la ya desorganizada escena.
La gota que colmó el vaso fue la llegada de una pareja de personas mayores, integrada por una cubana y un extranjero. “A ella se le caía la cara de vergüenza, él exigía que lo atendieran, no entendía por qué su silla se balanceaba, por qué había un solo sabor, por qué aquellos dos discutían y no lo atendían…”, relató Laritza. El extranjero, frustrado, comentó: “No quiero que me traten como si fuera Maradona, pero merezco un respeto mínimo. Ustedes los cubanos no se dan a respetar.”
¿Qué ha cambiado en Coppelia?
La conclusión de Laritza es clara: en Coppelia no ha cambiado nada, salvo los precios. “Si tú pensabas que el Coppelia estaba malo, lo puedes seguir pensando. Si tú creías que el Coppelia estaba bueno, lo puedes seguir creyendo”, afirmó. Su experiencia coincide con la de otros clientes, como Pedro Gandara, quien visitó la heladería una semana después de su reapertura y describió una situación similar: “La vida sigue igual o peor, 150 pesos una ensalada con bolitas derretidas y creo que ya no dan el vuelto o no hay billetes de 10 pesos.”
Precios elevados y ofertas limitadas
El Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) celebró la reinauguración de Coppelia, asegurando que tras tres meses de remodelación, los toldos y señaléticas eran nuevos y que ofrecía “variadas ofertas de especialidades a precios aceptables.” Sin embargo, la realidad parece ser muy diferente. Los precios han aumentado significativamente: una ensalada mixta cuesta 155 pesos, mientras que otras especialidades como Super Twins y Tres Gracias se venden a 130 y 105 pesos, respectivamente. El sundae, uno de los postres más sencillos, vale 60 pesos, y una Vaca Negra (refresco gaseado con helado) cuesta 31 pesos.
Además, productos como el agua embotellada de 550 ml tienen un precio de 160 pesos, y una rebanada de Coffee Cake alcanza los 170 pesos, cifras que han generado reacciones entre los clientes.