El gobierno de La Habana no se ha quedado callado ante la reciente ampliación de las restricciones de visados impuestas por Estados Unidos. Estas medidas, que afectan a funcionarios cubanos y a individuos vinculados al programa de exportación de mano de obra de la isla —especialmente las misiones médicas internacionales—, han sido calificadas como una “agresión más” contra el pueblo cubano. El Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, no tardó en responder, acusando al senador Marco Rubio de anteponer su “agenda personal” a los intereses de Estados Unidos.
En sus redes sociales, Rodríguez escribió que “esta medida es injustificada y afecta a la población que depende de los servicios de salud cubanos en otros países.” Además, señaló que esta es la séptima agresión contra Cuba en solo un mes, en referencia a las recientes sanciones y restricciones impuestas por la administración estadounidense.
Las misiones médicas: ¿Cooperación o explotación?
Carlos F. de Cossio, director general de Asuntos Bilaterales de Cuba, también se sumó a las críticas. Calificó la decisión como una “agresión” y defendió las misiones médicas cubanas, argumentando que son “la única forma en que millones de personas en países en desarrollo pueden acceder a atención médica.” “El acceso a la salud es un derecho humano, y Estados Unidos comete un crimen al tratar de impedirlo”, declaró.
Sin embargo, Marco Rubio, uno de los principales defensores de las sanciones contra Cuba, justificó la medida. En su cuenta de Twitter, el senador republicano explicó que el Departamento de Estado ha restringido la emisión de visados a funcionarios cubanos y a personas de otros países involucradas en el programa de exportación de mano de obra, al que se refiere como “trabajo forzado.” “Esta política busca promover la rendición de cuentas del régimen cubano por oprimir a su pueblo y a quienes se benefician del trabajo forzado”, añadió.
El impacto de las restricciones
La ampliación de estas restricciones se centra especialmente en las misiones médicas cubanas en el extranjero, las cuales, según el gobierno estadounidense, son un mecanismo de explotación laboral. Además, la medida también afectará a los familiares inmediatos de los implicados en estos programas, lo que ha generado preocupación entre las comunidades cubanas dentro y fuera de la isla.
La administración de Donald Trump ha intensificado las sanciones contra Cuba desde su llegada al poder. Entre las medidas más recientes se incluyen el restablecimiento de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, el refuerzo de las restricciones económicas y la limitación del acceso a programas migratorios como el parole humanitario. Estas acciones han sido justificadas como parte de una estrategia para presionar al régimen cubano y promover cambios en la isla.
Cuba contraataca: ¿Quién tiene la razón?
El gobierno cubano ha reiterado que estas medidas solo agravan las dificultades del pueblo cubano y dañan aún más las relaciones bilaterales. Según las autoridades de la isla, las misiones médicas son un ejemplo de solidaridad internacional y no de explotación, como afirma Estados Unidos. “Las acciones de EE.UU. no resuelven nada; solo profundizan el sufrimiento de nuestro pueblo”, declaró Rodríguez.
Por otro lado, activistas y opositores al régimen cubano han respaldado las sanciones, argumentando que las misiones médicas son una fuente de ingresos para el gobierno cubano, que retiene la mayor parte de los salarios de los profesionales de la salud. “Es trabajo forzado disfrazado de cooperación”, han denunciado.
