El gobierno de la Isla de la Juventud ha anunciado una nueva medida para paliar la escasez de alimentos: la venta de masa de croqueta y masa de chorizo a través de la libreta de abastecimiento. Según Vianiuska Puebla Pérez, viceintendente del territorio, cada núcleo familiar podrá adquirir un paquete de 10 croquetas y medio kilogramo de masa de chorizo en bodegas seleccionadas. Sin embargo, esta medida ha sido recibida con escepticismo por la población, que enfrenta una crisis alimentaria cada vez más profunda.
La masa de croqueta tendrá un costo de 120 pesos si es de pescado y 150 pesos si es de MDM (masa de carne de diferentes tipos), mientras que el medio kilogramo de masa de chorizo costará 250 pesos. Puebla explicó que esta distribución busca evitar el acaparamiento y la reventa, además de acercar la venta a la población. Aclaró que estos productos no forman parte de la canasta familiar normada, sino que se venderán de manera controlada.
Distribución escalonada y precios elevados
La venta comenzará en bodegas específicas, empezando por las unidades de Micro y Abel, donde los consumidores podrán comprar durante dos días. Si la demanda lo requiere, se habilitará un tercer día de venta. A partir del jueves, se incorporarán las bodegas de Chacón y Mayarí, cubriendo así otras comunidades de la Isla de la Juventud.
El gobierno local justificó los precios señalando que la materia prima, como la harina y otros insumos, fueron adquiridos a actores no estatales de la economía, lo que elevó los costos de producción. Además, la falta de infraestructura de refrigeración en todas las bodegas obligó a agrupar la venta en determinadas unidades.
Arroz y otros productos: Retrasos y escasez
Paralelamente, Puebla informó que el arroz correspondiente a febrero ya está en proceso de traslado a la Isla. Sin embargo, este anuncio evidencia la incapacidad del régimen para garantizar el suministro básico de alimentos, ya que restan pocos días para finalizar el mes. En los próximos días se distribuirán las siete libras per cápita asignadas a cada consumidor, pero la pregunta es: ¿será suficiente?
Las autoridades recalcaron que esta modalidad de venta busca evitar las largas colas y el acaparamiento, y aseguraron que la distribución continuará de forma escalonada en el resto de las bodegas del territorio. Sin embargo, la realidad es que los problemas para garantizar la alimentación de la población se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos meses.
Crisis alimentaria: Un problema que no cesa
El Ministerio de Comercio Interior de Cuba (MINCIN) ha reconocido recientemente retrasos y afectaciones en la distribución de productos de la canasta básica normada, atribuyéndolos a problemas financieros y logísticos. Curiosamente, estos problemas no parecen afectar a las nuevas tiendas destinadas a la venta en dólares, lo que ha generado críticas por la evidente desigualdad en el acceso a los alimentos.
A través de su página de Facebook, el MINCIN señaló que las dificultades se agravan por el «fortalecimiento de las medidas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos». Sin embargo, la crisis alimentaria en Cuba va más allá de las sanciones internacionales. El aumento imparable de los precios de productos básicos en el mercado negro es una muestra clara de la profunda escasez y el deterioro del poder adquisitivo de la población.
En los últimos días, el precio de la libra de arroz ha alcanzado los 300 pesos cubanos (CUP), una cifra que deja en evidencia la gravedad de la situación. Mientras tanto, las autoridades insisten en medidas como la venta controlada de croquetas y chorizo, que, aunque bienintencionadas, resultan insuficientes ante la magnitud del problema.