Un video de vigilancia ha sacudido a la comunidad de Miami-Dade, mostrando el impactante momento en que una maestra de la escuela Lincoln-Martí agrede físicamente a una niña de dos años dentro del salón de clases. La grabación, obtenida por medios locales, revela a Merlin Gutiérrez, de 21 años, sujetando, arrastrando y abofeteando repetidamente a la menor, mientras esta llora y grita desconsoladamente. Lo más perturbador: otros niños presenciaron la escena.
¿Cómo se descubrió el caso?
El incidente ocurrió en diciembre pasado, pero salió a la luz cuando la directora del centro revisó las cámaras de seguridad. Al ver las imágenes, actuó de inmediato: notificó a las autoridades y separó a la maestra de sus funciones. En un comunicado, la escuela aseguró que está cooperando plenamente con la investigación.
La sentencia que divide opiniones
Merlin Gutiérrez fue arrestada en diciembre y enfrentó un cargo de abuso infantil. Recientemente, se declaró culpable y aceptó un acuerdo con la fiscalía. Como parte de la sentencia, deberá cumplir cinco años de libertad condicional, asistir a un programa de manejo de ira y someterse a una evaluación de salud mental. Además, tiene prohibido trabajar como maestra o tener contacto sin supervisión con menores.
Durante la audiencia, la jueza fue clara: Gutiérrez no puede comunicarse, directa o indirectamente, con la víctima. Su abogado no hizo declaraciones sobre el acuerdo, y la escuela Lincoln-Martí ha evitado responder a las solicitudes de la prensa.
Indignación y debate en la comunidad
El caso ha generado una ola de indignación entre padres y educadores, quienes exigen mayor supervisión y controles más estrictos sobre el personal docente en instituciones infantiles. Este hecho ha reavivado el debate sobre los protocolos de seguridad y la prevención de abusos en guarderías y centros educativos.
Autoridades y expertos en educación han subrayado la importancia de reforzar medidas de control y capacitar mejor al personal para evitar situaciones similares en el futuro. Sin embargo, tras conocerse la sentencia, muchos se han mostrado descontentos en redes sociales, argumentando que el castigo no es suficiente para un acto de tal magnitud.