La crisis alimentaria en Cuba sigue agravándose, y uno de los productos más básicos, el arroz, se ha convertido en un lujo inalcanzable para muchas familias. En los últimos días, el precio de la libra de arroz en el mercado negro ha alcanzado los 300 pesos cubanos (CUP), una cifra que refleja la escasez extrema y el deterioro del poder adquisitivo de la población.
Escasez y precios exorbitantes
Según reportes de ciudadanos en varias provincias, conseguir arroz a través de la libreta de abastecimiento se ha vuelto una tarea casi imposible. Esto obliga a las familias a recurrir al mercado informal, donde los precios han alcanzado niveles exorbitantes.
En Santa Clara, por ejemplo, vecinos han denunciado que en las Mipymes cercanas a la Secundaria Fe del Valle en la Doble Vía, el arroz se vende a 300 CUP la libra, a pesar de que las autoridades han intentado regularlo en 170 CUP. “No podrán ser ustedes menos corruptos y hacer algo por el pueblo”, expresó un residente en redes sociales, acusando a las autoridades locales de complicidad con los comerciantes.
En La Habana, la situación no es mejor. “Antes lo encontrábamos en 200 o 250 pesos, pero ahora es un lujo. Si no tienes dinero, no comes”, comentó un residente que prefirió mantener el anonimato. En algunas zonas de la capital, el arroz importado desde Brasil, Uruguay e India ha superado los 350 CUP por libra, generando mayor incertidumbre entre la población.
Distribución desigual y dependencia de importaciones
La falta de arroz en los mercados estatales se debe, en parte, a la disminución de las importaciones y a los problemas de distribución dentro del país. Cuba depende en gran medida de las compras en el extranjero para garantizar el abastecimiento de este producto, pero la crisis económica y la escasez de divisas han complicado la llegada de alimentos esenciales.
Recientemente, el Ministerio del Comercio Interior (Mincin) informó sobre la llegada de un buque con arroz al puerto de La Habana, destinado a cubrir parcialmente los retrasos en la entrega de la canasta familiar normada. Sin embargo, este cargamento solo cubrirá parcialmente las necesidades acumuladas, y su distribución se extenderá durante febrero y marzo.
Intentos fallidos de controlar los precios
En un intento por controlar la inflación, el gobierno ha establecido topes de precios para el arroz. En Camagüey, por ejemplo, se fijó el precio en 155 CUP por libra, lo que provocó el cierre masivo de puestos de venta en el mercado de Hatibonico, ya que los vendedores consideran insostenible esa tarifa frente a los costos actuales.
En Santiago de Cuba, la secretaria del Partido Comunista, Beatriz Johnson Urrutia, anunció la distribución de 14 libras de arroz por la canasta básica. Sin embargo, la población duda de la continuidad y estabilidad de estas entregas.
Contrastes en medio de la crisis
Mientras la mayoría de los cubanos lucha por conseguir arroz, en algunos hoteles de lujo la situación es diferente. Una cubana que se hospedó en el hotel Iberostar Laguna Azul de Varadero compartió en redes sociales que, durante su estancia, el buffet carecía de arroz, ofreciendo como alternativa espaguetis. Este hecho generó debates sobre la calidad y disponibilidad de alimentos en instalaciones turísticas en medio de la crisis alimentaria nacional.
Remesas: Un salvavidas para algunos
Ante esta situación, muchos cubanos recurren a remesas enviadas por familiares en el extranjero para poder costear los elevados precios del mercado negro. Sin embargo, quienes no cuentan con esta ayuda enfrentan un panorama de extrema precariedad.