El profesor cubanoamericano Carlos Lazo, fundador del movimiento Puentes de Amor, ha denunciado que las autoridades en Cuba han impuesto nuevas restricciones que impiden la entrega directa de donaciones en hospitales de la isla. Según Lazo, en los últimos meses se ha vuelto imposible hacer llegar leche en polvo, medicamentos e insumos médicos directamente a los centros de salud, como solía ocurrir.
Una «regulación misteriosa» limita la ayuda humanitaria
En una publicación reciente en Facebook, Lazo expresó su frustración ante esta nueva medida, describiéndola como una «regulación misteriosa» que impide a los activistas de su movimiento visitar hospitales y otras instituciones comunitarias. Ahora, al llegar a La Habana, los voluntarios deben entregar la carga en el aeropuerto, sin posibilidad de verificar que los insumos lleguen a los destinatarios previstos.
«Desde hace meses, nuestra labor se ha visto ensombrecida por esta prohibición. Nos han dejado claro que no podemos entregar la ayuda personalmente ni visitar los centros médicos», explicó Lazo en su comunicado titulado «Aclaración y Declaración».
Puentes de Amor y su misión solidaria con Cuba
Desde finales de 2021, Puentes de Amor ha trabajado junto a organizaciones estadounidenses como Code Pink y The People’s Forum para enviar ayuda humanitaria a Cuba. Su primera gran donación consistió en 18,000 libras de atún y pastas alimenticias, entregadas al Centro Memorial Martin Luther King Jr.
La prensa oficial cubana en aquel momento celebró el gesto y destacó la iniciativa. Poco después, lanzaron una campaña de crowdfunding que permitió recolectar fondos para enviar siete toneladas de leche en polvo a hospitales pediátricos en La Habana. A medida que la crisis económica en la isla se agudizaba y las importaciones estatales se reducían, el esfuerzo de estos activistas cobró mayor importancia.
Su misión se amplió rápidamente, buscando abastecer no solo a hospitales pediátricos, sino también a hogares de ancianos, escuelas especiales y casas de niños sin amparo filial. Lazo resalta que una de las maneras de garantizar que la ayuda llegaba a su destino era precisamente mediante la entrega personal en cada institución.
Restricciones y obstáculos a la solidaridad
Más allá de la simple entrega de insumos, la visita a estos centros permitía a los activistas documentar la situación real de los hospitales, así como agradecer y dar ánimo al personal médico. “Cuando llegábamos a esos centros, además de verificar que la ayuda llegaba, también podíamos constatar de primera mano las penurias que provoca el bloqueo”, comentó Lazo en su publicación.
Sin embargo, ahora todo ha cambiado. La nueva normativa impide ese contacto directo, dejando a los activistas en la incertidumbre sobre el destino final de las donaciones. Además, Lazo denuncia que en Cuba se han dado órdenes de no recibirlos y mantenerse alejados del movimiento, lo que ha generado un clima de distanciamiento y desconfianza.
“Nos tratan como apestados”
Lazo no solo ha señalado la falta de transparencia en la entrega de insumos, sino también los desplantes y maltratos que han sufrido los activistas de Puentes de Amor. “No es justo que cubanos emigrados, que se sacrifican tanto para ayudar a su gente, sean tratados así”, lamentó.
El profesor también criticó la actitud de algunas instituciones en Cuba, que han respondido con evasivas ante sus inquietudes. “Mientras los burócratas dicen que no pasa nada, nuestros activistas enfrentan descortesías y hasta maltratos verbales”, aseguró.
Invisibilización y falta de reconocimiento
Otro cambio notorio es la falta de cobertura mediática sobre sus acciones. En el pasado, la prensa oficial cubana informaba sobre las donaciones, pero ahora los activistas llegan a la isla sin que ningún medio estatal lo mencione y sin que se les permita acceder a los centros de salud.
Ante la imposibilidad de documentar la entrega de la ayuda, han pedido a las autoridades cubanas pruebas fotográficas de que los insumos llegan a los hospitales. Sin embargo, no han recibido respuesta clara sobre esta solicitud.