La Unidad de Cuidados Intermedios del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos, en Sancti Spíritus, vivió momentos de tensión este lunes tras un incendio que, por suerte, no dejó víctimas. A pesar del alivio, las autoridades del Ministerio del Interior ya están investigando las causas de este alarmante incidente.
El fuego se desató en el cuarto médico, arrasando con un televisor, efectos personales del personal sanitario, un aire acondicionado y otros equipos. Así lo confirmó el director del hospital, Aliosky Polo Santana, en declaraciones al diario Escambray. Por suerte, las áreas colindantes no sufrieron daños y los pacientes críticos fueron trasladados de inmediato a zonas seguras dentro del centro de salud.
Este evento no es aislado. De hecho, el incendio del lunes marca el tercer incidente de este tipo en el hospital provincial, algo que ha generado inquietud en la comunidad. La radio local, que dio cobertura a lo ocurrido, recogió también el sentir popular, donde las quejas por la falta de mantenimiento en las instalaciones hospitalarias de la Isla no se hicieron esperar.
«A lo mejor llegan cinco o seis incendios más. De todos modos, a nadie le interesan las consecuencias, pues eso no es fuente de ingresos para el país y como la vida que está en juego es la de cubanos, pues su maletín», comentó un internauta identificado como Eloy Bonet, reflejando el desencanto y la frustración de muchos.
Vale recordar que este no es el primer incendio reciente en el hospital de Sancti Spíritus. Apenas el pasado 2 de febrero se produjo otro fuego similar, también en la sala de terapia intermedia. Y si miramos un poco más atrás, en marzo del año pasado, otro siniestro ocurrió en el pantry de esa misma sala, donde las llamas fueron atribuidas a «una fuga de gas». Aunque en todas esas ocasiones no hubo heridos, los daños materiales se han ido acumulando, dejando claro que algo no anda bien.
El mayor incendio reportado en la Isla esta semana ocurrió también el lunes, pero en Placetas, Villa Clara, donde cuatro viviendas quedaron reducidas a cenizas. Aunque no hubo pérdidas humanas, dos de las casas sufrieron daños parciales, mientras que las otras dos fueron completamente devoradas por el fuego.
Por si fuera poco, el sábado pasado se desató otro incendio, esta vez en las áreas cañeras cercanas al central Honduras, en el municipio Manuel Tames, de Guantánamo. Las autoridades responsabilizaron a «indisciplinas sociales» de personas que, sin medir consecuencias, decidieron quemar zonas ya cosechadas. El fuego fue tan intenso que se tuvo que interrumpir el tráfico en la zona.
La seguidilla de incendios de estas últimas semanas pone de relieve una preocupante realidad: las infraestructuras, tanto hospitalarias como residenciales, parecen estar bajo asedio. Y mientras las llamas se apagan, las preguntas quedan en el aire: ¿cómo evitar que el próximo incendio no solo se lleve bienes materiales, sino también vidas?