Si pensabas que la crisis eléctrica en Cuba no podía ser más absurda, la última estrategia de la Unión Eléctrica (UNE) te va a dejar con la boca abierta. En vez de enfocarse en arreglar el desastre energético que tiene a la isla sumida en apagones constantes, el gobierno ha decidido destinar recursos a… ¡vigilar los transformadores con cámaras y fibra óptica!
Sí, así como lo lees. En un intento de frenar el robo de aceite dieléctrico de los transformadores, la UNE ha anunciado la instalación de sistemas de vigilancia con tecnología avanzada, incluyendo cámaras ocultas, transmisión en tiempo real y unas «caperuzas metálicas» para evitar que la gente extraiga el preciado líquido.
El anuncio que indignó a los cubanos
El director de la UNE, Alfredo López Valdés, apareció en la televisión nacional para explicar este curioso plan de seguridad. En el programa Hacemos Cuba, conducido por el vocero oficialista Humberto López, el funcionario detalló cómo el gobierno pretende frenar estos robos con medidas de alta tecnología.
Mientras tanto, los cubanos siguen sufriendo apagones de hasta 12 horas al día, las termoeléctricas están colapsadas y la falta de inversión ha llevado al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) a un punto crítico. Pero al parecer, para la UNE es más urgente proteger los transformadores que garantizar que haya electricidad en los hogares.
Las redes sociales no tardaron en estallar con críticas. Muchos se preguntan cómo el gobierno tiene dinero para instalar fibra óptica en subestaciones eléctricas, pero no para reparar las plantas generadoras que llevan años en crisis.
«Te estamos vigilando»: el tono amenazante del gobierno
En su intervención, López Valdés dejó claro que las nuevas medidas no son solo preventivas, sino que también buscan generar miedo. «Vamos a poner cámaras. Puede que se vean o no, pero estarán ahí», dijo en un tono que muchos interpretaron como una advertencia directa a la población.
Además, mencionó que las imágenes serán transmitidas en tiempo real a un centro de monitoreo, lo que implica que se destinarán recursos humanos y tecnológicos para esta tarea. Una vez más, la pregunta es: ¿por qué no invertir esos mismos recursos en solucionar la crisis energética?
El show mediático para desviar la atención
Este anuncio no es un hecho aislado. Forma parte de una estrategia más amplia del gobierno para desviar la atención de la verdadera raíz del problema. Días antes de esta transmisión, Humberto López ya había insinuado en redes sociales que los apagones no son culpa del régimen, sino de «saboteadores» que dañan la infraestructura eléctrica.
Este discurso de «conspiración y vandalismo» es la nueva excusa del gobierno para justificar el colapso del sistema eléctrico en Cuba. La realidad es que el problema viene de años de mala gestión, falta de inversiones y corrupción dentro del sector energético.
¿Cámaras y caperuzas arreglarán la crisis eléctrica?
La respuesta es obvia: no. Instalar vigilancia en los transformadores no soluciona la falta de mantenimiento en las termoeléctricas, la escasez de combustible ni la obsolescencia del sistema eléctrico.
Mientras la UNE y el gobierno se enfocan en estas medidas cosméticas, los cubanos siguen enfrentando apagones interminables, con un servicio eléctrico cada vez más inestable.
En lugar de apostar por soluciones reales, el régimen prefiere seguir gastando en vigilancia y control, dejando a la población en la oscuridad, tanto literal como informativamente.
