Homologar un título de medicina en España no es nada fácil, y ejercer en el sistema público puede ser aún más desafiante. La doctora cubana @wlenda.5, quien recientemente logró este objetivo, compartió su experiencia en redes sociales, revelando las grandes diferencias entre ejercer en Cuba y en España.
Primeros pasos: el desafío de la homologación
En un emotivo video, la doctora contó que finalmente había logrado su sueño tras más de dos años y medio esperando la homologación. «Fue mi primera vez en consulta después de homologada», relató. Y aunque el logro fue enorme, los retos apenas comenzaban.
En España, los médicos tienen dos opciones principales para trabajar: urgencias en hospitales públicos o centros de salud, que funcionan como policlínicos con consultas diversas. En urgencias, se trabaja con el sistema Orion, mientras que en los centros de salud, la herramienta principal es Abucasis.
La presión del tiempo: «Solo 10 minutos por paciente»
Uno de los mayores choques para la doctora fue la gestión del tiempo. «Cada paciente tiene solo 10 minutos de consulta», comentó, dejando claro que aquí no hay tiempo para exploraciones detalladas. «Olvídense de examinar de la cabeza a los pies. Hay que ir directo al grano», advirtió.
Este ritmo exige precisión absoluta: los médicos deben detectar lo esencial en minutos, sin margen de error.
Más responsabilidades, más tecnología
Otro aspecto clave es la interpretación de pruebas. En Cuba, los informes suelen venir con un diagnóstico claro de un especialista, pero en España, los médicos de familia deben analizar electrocardiogramas, densitometrías y radiografías por su cuenta. «Todo queda registrado con tu firma digital, así que la responsabilidad es tuya», explicó.
Además, todo el sistema es completamente digital. «Aquí olvídense del lapicero. Todo se hace desde el ordenador». Cada médico tiene su propia impresora y mesa equipada para gestionar informes y recetas de forma automatizada.
El día a día: decenas de pacientes y decisiones rápidas
La carga laboral tampoco es un juego. «Tienes como 30 pacientes diarios», explicó. De ellos, unos 20 son presenciales, varios se atienden por vía telefónica y otros requieren seguimiento continuo. Además, hay que lidiar con emergencias que surgen en el momento, como casos de dolor precordial o síntomas alarmantes.
En cuanto a las decisiones médicas, hay que ser firmes. «Si un paciente viene diciendo que su psicólogo le mandó a recetar algo, que se lo paute el psicólogo. Todo lo que haces queda registrado bajo tu nombre», advirtió.
Un sistema diferente, pero una gran oportunidad
El testimonio de la doctora refleja los desafíos que enfrentan los profesionales cubanos al adaptarse a un sistema de salud diferente, donde la digitalización y la rapidez son clave. A pesar de los retos, su historia también demuestra que, con esfuerzo y determinación, es posible ejercer la medicina en España tras la homologación.
Su experiencia sigue generando interés y podría servir como referencia para otros médicos cubanos que buscan abrirse camino en el sistema de salud español.