Los apagones en Cuba han alcanzado un nivel desesperante. En varias provincias, el servicio eléctrico se reduce a apenas una hora al día, dejando a las familias en una lucha constante por simplemente sobrevivir.
Sin gas licuado, con el precio del carbón por las nubes (más de 1,400 pesos el saco) y sin electricidad para cocinar, los cubanos han tenido que sacar a relucir todo su ingenio para resolver lo más básico: hacer la comida de cada día.
Creatividad a prueba de apagones
Un video compartido por Martí Noticias muestra a un residente de Viñales, en Pinar del Río, explicando su sistema casero para generar electricidad en medio del apagón.
Su ingeniosa solución es todo un circuito de supervivencia: la energía solar se capta con un panel, se envía a un «elevador», de ahí a la batería de la moto, luego pasa por un «inversor de corriente» y finalmente alimenta una hornilla de inducción. Con orgullo, este cubano asegura que en su casa «se cocina, porque se cocina».
Desde Santiago, otra lección de inventiva
En el extremo opuesto del país, en Santiago de Cuba, otro compatriota ha ideado un método diferente pero igual de creativo. En un video del periodista Yosmany Mayeta, se ve cómo utiliza la batería de una moto para encender el ventilador de una computadora vieja, logrando avivar las llamas de un carbón de pésima calidad.
Aunque menos sofisticado, este invento cumple su función: el fogón se enciende y el almuerzo se cocina en una olla de presión.
La crisis va más allá de la comida
La combinación de la crisis eléctrica, la escasez de alimentos y el alto costo del carbón coloca a las familias cubanas en una situación límite.
No se trata solo de conseguir los alimentos, que ya de por sí es una odisea entre la inflación y el desabastecimiento. Puede darse el caso de que tengas arroz y frijoles en la despensa, pero no puedas cocinarlos porque simplemente no hay cómo.
Inventar para no rendirse
El problema va más allá de la comida: es la imposibilidad de prepararla y conservarla. Mientras el país se apaga, la creatividad del pueblo cubano sigue siendo la chispa que permite sobrevivir un día más. En medio de la oscuridad, el ingenio se ha convertido en la verdadera corriente que mantiene a flote a las familias de la Isla.