El nieto de Fidel Castro, Sandro Castro, ha vuelto a encender las redes sociales con una publicación este 14 de febrero. En un video de 40 segundos, Sandro celebra el Día del Amor y la Amistad de una manera que, como siempre, no ha dejado indiferente a nadie. Con palmeras de fondo, una sudadera negra y unas gafas en forma de corazón decoradas con flores amarillas, el joven sostiene dos rosas envueltas en plástico (una roja y otra amarilla) mientras dirige un mensaje a sus seguidores.
Pero no todo es tan romántico como parece. Un detalle que ha llamado la atención es cómo posiciona sus dedos: mientras sostiene las flores, extiende el dedo medio de su mano derecha, un gesto que muchos han interpretado como una provocación o un desafío a quienes lo critican en redes sociales. Este pequeño movimiento ha avivado aún más la polémica en torno a su publicación.
Un mensaje lleno de incoherencias
Sandro comienza su discurso con unas palabras que, más que una felicitación, parecen un rompecabezas: “Hoy comienzo, por donde jamás nunca quise comenzar. Hoy termino por donde no quiero ver el principio. Feliz San Valentín”. Luego, añade: “Quieranse, bésense, ámense, no se odien. Paz, armonía, alegría. Un gran 14 de febrero y bendiciones para todos”. Para cerrar con broche de oro, anuncia que tomará unas “Cristalistas”, una bebida que, en estos tiempos de crisis, muchos cubanos ni siquiera pueden soñar con probar.
Reacciones divididas en redes sociales
El video ha generado una mezcla de reacciones. Algunos lo ven como un gesto humorístico y desenfadado, mientras que otros critican lo que perciben como una desconexión total con la realidad cubana. No es la primera vez que Sandro causa revuelo con sus publicaciones. En el pasado, ha mostrado autos de lujo y fiestas privadas, algo que contrasta fuertemente con la escasez y las dificultades que enfrenta la mayoría de la población en la isla.
Un contexto de crisis energética
La publicación de Sandro llega en un momento especialmente difícil para Cuba. El país enfrenta una grave crisis energética que ha llevado al gobierno a cerrar escuelas y a pedir a los trabajadores no esenciales que se queden en casa. Esto se debe a la falla de una importante planta de energía, que ha dejado operativas solo seis de las 15 centrales eléctricas de petróleo del país. Además, la escasez de combustible ha impedido el uso de generadores diésel de respaldo, lo que ha empeorado aún más la situación.
En La Habana, los cortes de electricidad han llegado a durar hasta 10 horas, mientras que en otras provincias los apagones se han extendido por 20 horas diarias. Esta situación ha aumentado la ansiedad en una población que ya lidia con la escasez de alimentos, combustibles y medicamentos. No es de extrañar que, en los últimos tiempos, haya aumentado significativamente la emigración de cubanos en busca de mejores condiciones de vida.
¿Provocación o simple desconexión?
Mientras Sandro Castro celebra con flores y “Cristalistas”, muchos cubanos se preguntan si este gesto es una provocación directa o simplemente otra muestra de su desconexión con la realidad que vive el país. Lo cierto es que, en un contexto de tanta dificultad, publicaciones como esta no hacen más que profundizar la brecha entre la élite y el pueblo.
