En su constante búsqueda por captar divisas extranjeras, el gobierno cubano ha lanzado un “nuevo incentivo” para el uso de la tarjeta Clásica en dólares. Esta vez, ofrece un descuento del 4% en compras realizadas en la recién inaugurada Tienda de Aseo y Perfumería MCM Camacho S.A., ubicada en el Boulevard de San Rafael, en La Habana.
El anuncio, hecho por Fincimex S.A. en sus redes sociales, promociona la oferta como “una bonita opción para los enamorados”, justo a tiempo para el Día de San Valentín. Sin embargo, este beneficio solo aplica a pagos con tarjetas en dólares o recargables autorizadas por el gobierno, excluyendo las tarjetas MLC, a pesar de que estas también dependen de remesas enviadas desde el exterior.
Una nueva tienda, una vieja estrategia
La tienda MCM Camacho S.A. ocupa el local donde antes funcionaba la tienda de electrodomésticos Giralt y, más recientemente, un comercio de ropa reciclada. Su apertura refuerza la estrategia del gobierno de priorizar el comercio en divisas extranjeras, limitando cada vez más las opciones de compra para quienes dependen del peso cubano o las tarjetas MLC.
Este movimiento no es casual. El gobierno cubano ha intensificado la promoción de la tarjeta Clásica, un producto financiero en dólares que permite comprar bienes y servicios en tiendas estatales y servicentros. Sin embargo, lejos de ser una solución equitativa, esta iniciativa profundiza las desigualdades económicas y fortalece la dependencia de la población del acceso a divisas extranjeras.
¿Quién se beneficia realmente?
La tarjeta Clásica, gestionada por Fincimex y la Corporación CIMEX (ambas bajo el control de GAESA, el conglomerado empresarial del régimen), ofrece descuentos en cadenas estatales como CIMEX, Tiendas Caribe y Trimagen, así como en la compra de combustible. Pero, en medio de una crisis económica persistente, el Estado ha reducido la oferta en tiendas que operan en pesos cubanos (CUP), trasladando cada vez más bienes esenciales al circuito comercial en divisas.
Este modelo no solo excluye a quienes dependen de salarios estatales, sino que también normaliza una situación monetaria insostenible, donde la moneda nacional se devalúa y pierde su función como medio de pago.
Promoción intensiva y críticas
El impulso de la tarjeta Clásica ha sido acompañado por una agresiva campaña de propaganda en redes sociales y medios estatales. Publicaciones de Tiendas Caribe y Fincimex resaltan supuestos beneficios, como descuentos del 10% en la cadena de turismo Gaviota (también parte de GAESA) y entre un 5% y 6% en distintos comercios estatales.
Sin embargo, estas promociones no ocultan el hecho de que el acceso a divisas extranjeras sigue siendo un privilegio para unos pocos, mientras la mayoría de los cubanos enfrentan dificultades para adquirir productos básicos.