Desde que llegó a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump no ha dudado en apuntar a objetivos grandes y pequeños. Desde Groenlandia hasta las pajitas de papel, ahora su mirada está puesta en las monedas de 1 centavo. En una reciente publicación en Truth Social, Trump anunció que ha ordenado al secretario del Tesoro, Scott Bessent, detener la producción de estas monedas, argumentando que su fabricación es un “despilfarro” para el presupuesto nacional.
¿Por qué eliminar el centavo?
Trump no está solo en esta idea. Durante años, expertos y funcionarios han señalado que las monedas de 1 centavo cuestan más producirlas que lo que valen. Según el informe anual de la Casa de la Moneda de Estados Unidos, en 2022 producir y distribuir un centavo costó 3.69 centavos, lo que significa una pérdida de 2.69 centavos por cada moneda.
El año pasado, se emitieron más de 3,000 millones de monedas de 1 centavo, generando una pérdida total de 85.3 millones de dólares. A pesar de que circulan unos 250 mil millones de pennies en el país (aproximadamente 700 por persona), estas monedas rara vez se usan y su poder adquisitivo ha disminuido debido a la inflación.
¿Puede Trump eliminar el centavo?
Aunque la idea de Trump parece tener sentido económico, no está claro si tiene la autoridad para implementarla. Según la Casa de la Moneda, es el Congreso, no el Tesoro ni la Reserva Federal, quien autoriza la fabricación de monedas. Sin embargo, el debate sobre la eliminación del centavo no es nuevo y ha ganado fuerza en los últimos años.
Experiencias internacionales
Estados Unidos no sería el primer país en decir adiós a su moneda de menor denominación. En 2012, Canadá dejó de producir centavos, argumentando que su fabricación era una pérdida de tiempo y dinero. Desde entonces, las transacciones en efectivo se redondean al centavo más cercano, una medida que ha ahorrado millones de dólares al año.
Otros países, como Australia, Suecia y Nueva Zelanda, también eliminaron sus monedas de 1 y 2 centavos hace décadas. Según Andrew Stoeckel, profesor honorario de la Universidad Nacional Australiana, la eliminación de estas monedas “no ha importado para nada” en Australia, y es probable que en Estados Unidos el impacto económico sea igualmente insignificante.
La resistencia al cambio
A pesar de los argumentos a favor, la eliminación del centavo ha enfrentado una fuerte oposición. Americans for Common Cents, un grupo de defensa, argumenta que eliminar el centavo no ahorraría dinero, ya que los costos generales de la Casa de la Moneda se trasladarían a otras monedas, aumentando sus costos de producción.
Además, los defensores del centavo señalan que su eliminación podría funcionar como un impuesto indirecto sobre las ventas, ya que los precios que terminan en 99 centavos son muy comunes. Sin embargo, gran parte de la resistencia parece ser más sentimental que práctica.
“La gente lo pondrá en un pisapapeles o algo así; probablemente habrá cierta acumulación”, dijo Stoeckel sobre el centavo. “Es solo un tipo de recuerdo. No tiene importancia”.
