Las autoridades del municipio de Jovellanos, en Matanzas, han destapado un nuevo caso de robo que pone en jaque a un proyecto clave para la generación de energía en Cuba. Se trata del parque fotovoltaico aún en construcción, del cual se sustrajeron tornillos esenciales para la instalación de los paneles solares. Lo curioso es que estos elementos terminaron en el mercado informal, a la venta como si fueran cualquier otra pieza de ferretería.
La pista del robo: tornillos en manos de cuentapropistas
La mayor Yadira Prieto Vega, jefa de instrucción del Ministerio del Interior (MININT), explicó que los especialistas del parque lograron identificar los tornillos robados, ya que estos no se comercializan por vías oficiales. “Se están utilizando en el ensamblaje, tanto de las mesas como de la instalación de los paneles solares directamente”, comentó la oficial en el Noticiero de la televisión cubana.
A pesar de que la investigación sigue en curso, aún no se ha logrado determinar quiénes participaron en el hurto ni cómo estas piezas llegaron al mercado negro. Hasta el momento, solo una parte de los tornillos ha sido recuperada.
¿Sabotaje o simple hurto? La Fiscalía evalúa las sanciones
El caso ha escalado a la Fiscalía General de Matanzas, donde el fiscal jefe del departamento de procesos penales, Ilíac Castellanos, advirtió que los implicados podrían enfrentar cargos por sabotaje. De ser así, estaríamos hablando de penas mucho más severas, ya que este tipo de delitos afecta directamente al sistema electroenergético del país.
Mientras tanto, la Unión Eléctrica ha tenido que reponer los materiales sustraídos para que el parque fotovoltaico pueda entrar en funcionamiento en los próximos meses, cumpliendo con el cronograma previsto.
Robos que afectan a toda la población
Este no es un caso aislado. En diciembre, se reportó el robo de paneles solares que alimentaban los sistemas de bombeo de agua en comunidades rurales de Las Tunas, dejando sin acceso al líquido vital a varias localidades. En menos de seis meses, se registraron ocho incidentes similares, afectando municipios como Puerto Padre, Colombia, Jobabo y Majibacoa.
A pesar de los esfuerzos por reforzar la seguridad, que incluyen acuerdos con vecinos y guardias locales, los robos siguen ocurriendo y, en muchos casos, los bienes sustraídos no han sido recuperados.