En la mañana del pasado viernes, un hecho estremecedor conmocionó a la comunidad de la Ciénaga de Zapata, en Matanzas. Un hombre cubano perdió la vida tras caer en un criadero de cocodrilos en el centro turístico Boca Guamá, un lugar conocido por su belleza natural y su dedicación a la conservación de especies en peligro de extinción.
Aunque la identidad de la víctima no ha sido confirmada oficialmente, vecinos de la zona lo identificaron como “Pablo”, conocido cariñosamente como “El Chino”. Testigos del suceso relataron que el hombre aparentemente se lanzó al criadero voluntariamente y en estado de embriaguez.
Testimonios que estremecen
Kevin Fernández, un trabajador del lugar, fue testigo directo de la tragedia. En sus palabras: “Todo fue delante de mí, soy trabajador de ahí y él solo se tiró. Andaba ebrio, la escena más espeluznante que he vivido en mi vida. Las imágenes no salen de mi cabeza”. Fernández también destacó que este es el primer incidente de este tipo desde que se creó el criadero en 1959.
Por su parte, Marinita Núñez Alarcón, sobrina de la víctima, expresó el dolor de la familia y cuestionó las medidas de seguridad del lugar. “El señor era mi tío. Él salió temprano como todos los días a hacer mensajería, pero ¿quién iba a pensar que se dirigiría a ese lugar? Su familia está triste, y sus hijos por supuesto, por el horroroso hecho”, dijo.
Núñez Alarcón también señaló que su tío era una persona sociable y muy conocida, y criticó a los custodios por permitirle el acceso al área restringida. “Ahora, lo que no entiendo es qué hacían los custodios que lo dejaron entrar a esa zona y a esa hora. Evidentemente, no hicieron bien su trabajo”, añadió.
¿Accidente o decisión desesperada?
Leonel García, un camarero de Jagüey, aseguró que el hombre no cayó accidentalmente, sino que se lanzó intencionalmente. “No se cayó, se tiró. Se quitó la ropa, se quedó en paños menores y empezó a gritar que llevaba cuatro días sin pan y sin comer”, relató García.
Conocidos de “El Chino” revelaron que atravesaba momentos difíciles en su vida personal. Rolando Bencosme, un amigo de la víctima, compartió: “El Chino era buena persona, pero la vida es complicada. Estaba muy mal con su familia. Hace dos días había hablado conmigo, me dijo que estaba obstinado de la vida”.
Bencosme también reflexionó sobre las duras condiciones que enfrentan muchos cubanos: “Estaba como todos en este país, bien jodidos. No hay oportunidades para nadie, y no se puede hablar. Como dice el gallego de Pi, no somos capaces de entender los problemas, y no todos tenemos la misma capacidad de digerir todo esto”.
El dolor de los vecinos y amigos
Vecinos de “El Chino” también expresaron su pesar por la trágica muerte. Niurka Quintana, una vecina, dijo: “En paz descanse mi vecino, El Chino, siempre con su equipo de música. No se merecía esta muerte tan dura. Qué desgracia. ¿Cómo estaría esa alma y su cabeza para hacer esto?”.
Melissa Pérez Castillo, otra vecina, recordó a Pablo como un hombre trabajador y querido. “El Chino era buena persona. Pablo, como se llamaba, era un trabajador, un buen vecino. Pero la vida y las condiciones no estaban de su lado”, comentó.
Un llamado a la reflexión
El criadero de cocodrilos de Guamá es una de las atracciones turísticas más populares de la región, dedicado a la conservación del Crocodylus rhombifer, una especie endémica de Cuba en peligro de extinción. Aunque el lugar cuenta con medidas de seguridad, este incidente ha levantado preguntas sobre la eficacia de la vigilancia en el recinto.
Hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado oficialmente sobre lo ocurrido. Mientras tanto, la comunidad llora la pérdida de un hombre que, según sus seres queridos, “ya no pudo más”.
Como dicen en Cuba, “la vida no es fácil para nadie”, y esta tragedia es un recordatorio de las duras realidades que muchos enfrentan en silencio. Que en paz descanse “El Chino”, y que su historia sirva para reflexionar sobre la importancia de cuidar no solo nuestra fauna, sino también a quienes nos rodean.