En Cuba, la innovación en la industria alimentaria no es solo una opción, sino una necesidad. Y en medio de la escasez de harina de trigo, Camagüey ha tomado la delantera con su producción de harina de yuca y productos deshidratados, consolidándose como un referente en la industria alimentaria local.
La planta de Tayabito: un ejemplo de capacidad y resiliencia
Según un reporte de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), la planta ubicada en la finca Tayabito, perteneciente a la Empresa de Servicios a la Agroindustria Azucarera (Esazúcar), es un ejemplo de lo que se puede lograr con esfuerzo y planificación. Con una capacidad de producción de cinco toneladas diarias, esta instalación ha demostrado su potencial.
En 2024, la planta produjo alrededor de 56 toneladas de harina de yuca, y para 2025, el objetivo es mantener o incluso superar esa cifra. Para lograrlo, ya se están asegurando las materias primas necesarias. Pero, ¿qué se hace con toda esta harina? Pues, además de ser una alternativa a la harina de trigo importada, se utiliza en la elaboración de embutidos, croquetas, hamburguesas y repostería.
Cultivos y diversificación: más allá de la yuca
La finca Tayabito no solo se dedica a la producción de harina. Con 110 hectáreas destinadas al cultivo de yuca, calabaza, boniato y plátano, esta instalación es un modelo de diversificación agrícola. Esto no solo garantiza la materia prima para la harina, sino que también contribuye a la seguridad alimentaria de la región.
La harina de yuca: una solución nacional
La harina de yuca ha ganado protagonismo en Cuba como una alternativa viable ante la escasez de harina de trigo. No es solo Camagüey la que está apostando por este producto. En Cienfuegos, por ejemplo, la Cooperativa Antonio Maceo produce alrededor de 560 kilogramos diarios de harina de yuca, destinada tanto al consumo humano como a la elaboración del pan normado.
El plan del gobierno cubano es ambicioso: sustituir hasta un 30% de la harina de trigo en productos como pan, galletas y repostería. Incluso en la fabricación de embutidos cárnicos, la harina de yuca está ganando terreno.
Otras provincias se suman a la iniciativa
En Ciego de Ávila, los especialistas han promovido el uso de harina de yuca en la elaboración de panes y galletas, sustituyendo hasta un 20% de la mezcla tradicional. Mientras tanto, en Artemisa, la apertura de una nueva fábrica en Caimito, perteneciente a la Empresa Cítricos Ceiba, promete contribuir a paliar el déficit de harina de trigo. Con una capacidad de producción que oscila entre 200 y 1,200 kilogramos diarios, esta planta es un paso más hacia la autosuficiencia alimentaria.
La crisis de la harina de trigo: un problema nacional
Desde mediados de 2023, la escasez de harina de trigo ha sido un dolor de cabeza para los cubanos. En Santiago de Cuba, por ejemplo, hubo más de cuatro días sin pan normado en junio de 2023 debido a la falta de materia prima.
Aunque en 2024 llegaron cargamentos de trigo, como las 21,000 toneladas descargadas en el puerto de La Habana en abril, la situación no se ha estabilizado completamente. En abril de ese mismo año, siete municipios de La Habana se quedaron sin pan racionado.
Medidas gubernamentales y el rol de las mipymes
Ante esta crisis, el gobierno cubano ha implementado medidas como la incorporación de extensores, incluyendo harina de yuca, en la elaboración del pan de la canasta familiar normada. Además, se ha recurrido a la compra de harina importada a través de formas no estatales de gestión, como las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).
Sin embargo, estas soluciones no han estado exentas de críticas. La desigualdad en el acceso a productos básicos sigue siendo un problema, y la dependencia de las mipymes para la importación y distribución de harina ha generado debates sobre la equidad en el sistema.