Una escena digna de una película de acción se vivió en Miami cuando un joven cubano de 19 años, Jorge Richar Casola Martínez, robó una camioneta que no solo tenía dos niños en su interior, sino también una caja con 175 iPhones valorados en más de $77,000.
Ahora, enfrenta cargos de secuestro y hurto mayor, y el juez ha ordenado su detención sin derecho a fianza.
¿Cómo ocurrió el robo?
El incidente se dio el 22 de enero, alrededor de las 4:39 p.m., en el noroeste de Miami-Dade. La madre de los niños, de 2 y 6 años, estacionó su SUV Mitsubishi Outlander blanca del 2022 cerca de la Northwest 50th Street y 71st Avenue para entregar los costosos teléfonos.
El problema fue que dejó el vehículo encendido, sin imaginar que alguien la estaba siguiendo.
Las cámaras de seguridad captaron el momento en que un Hyundai Palisade plateado se detuvo cerca, un hombre encapuchado salió corriendo, se metió en la SUV y se la llevó en cuestión de segundos.
El rescate de los niños y la desaparición de los iPhones
Afortunadamente, 12 minutos después, la SUV fue encontrada en Northwest 47th Street y Northwest 74th Avenue. Los niños estaban ilesos, pero la caja con los 175 iPhones había desaparecido.
Lo que en un principio parecía un robo al azar en realidad fue un plan calculado. Según la Policía, Casola Martínez había estado siguiendo a la mujer desde que recogió los teléfonos en el negocio hasta el lugar de la entrega.
La pista que lo delató
Las autoridades descubrieron que el Hyundai Palisade usado en el robo había sido alquilado por José Yoan Ledoux Rodríguez, pero el pago se hizo con la tarjeta de crédito de Casola Martínez.
Esto, sumado a las imágenes de vigilancia que lo captaron usando la misma ropa del sospechoso, llevó a los investigadores a su arresto.
Sin derecho a fianza
Cuando Casola Martínez fue llevado a la corte de fianzas en Miami-Dade, el juez no tuvo contemplaciones: lo dejó detenido sin derecho a fianza por los cargos de secuestro y hurto mayor.
Ahora, el joven podría enfrentar una larga condena en prisión, y lo peor es que los costosos iPhones siguen desaparecidos.
Este caso es un recordatorio de lo peligroso que puede ser dejar un auto encendido, especialmente con niños dentro. La rápida acción de la policía evitó una tragedia, pero deja muchas preguntas en el aire. ¿Habrá más involucrados en este crimen? ¿Dónde están los teléfonos robados? La investigación sigue en curso.