¿Está viviéndose en Cuba, a través de las redes sociales, un claro caso de histeria colectiva? Pues todo parece indicar esto, y los protagonistas de esta historia son una supuesta banda de hombres encapuchados que se dedica a raptar niños en plena luz del día, a la vista de todos, por varios municipios de todo el país, y que se trasladan a bordo de una camioneta de color blanco, estilo combi.
Las denuncias y alertas se repiten de un grupo de Facebook a otro, todas con similares características: «Dicen que aquí cerca del mercadito de aquí de Alamar, una camioneta blanca paro, se bajaron de ella unos narcotraficantes, y trataron de llevarse una niña de 8 años, que se salvó porque se puso a gritar y los hombres salieron huyendo. La camioneta le falta el cristal trasero».
Como esta historia circulan similares por redes sociales, incluso con audios en WhatsApp contando con lujos de detalles estos supuestos secuestros. El patrón se repite una y otra vez, todas coinciden con banda de hombres a bordo de una camioneta blanca.
Las autoridades han salido al paso de los rumores que circulan en redes sociales sobre presuntos secuestros de menores. De manera categórica, desmintieron estas versiones y aseguraron que no existe ninguna denuncia al respecto.
La desinformación se ha propagado rápidamente a través de redes informales y grupos de WhatsApp, lo que genera alarma entre padres, docentes y la comunidad en general. Algunos han llegado a compartir advertencias sobre un supuesto peligro sin haber confirmado su veracidad.
Las autoridades no solo desmintieron los rumores, sino que advirtieron sobre consecuencias legales para quienes difundan información falsa o intenten generar pánico.
Casos de histeria colectiva que marcaron la historia
La histeria colectiva es un fenómeno social que ha causado pánico y caos en diversas comunidades a lo largo de la historia. Desde extraños comportamientos hasta el miedo descontrolado por supuestas amenazas, estos eventos han dejado huella en la memoria colectiva.
En la década de 1980, Estados Unidos vivió una paranoia masiva sobre secuestros infantiles, exacerbada por reportajes mediáticos y campañas de alerta. Si bien existían casos reales de desapariciones, el temor desmedido provocó falsas denuncias, detenciones erróneas y teorías conspirativas sobre redes de trata inexistentes. A día de hoy, se considera un claro ejemplo de cómo la desinformación puede generar pánico colectivo.
