La solicitud de visa humanitaria para el niño cubano Damir Ortiz Ramírez, de 10 años, fue rechazada por la Embajada de Estados Unidos en La Habana debido a la falta de documentación expedida por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP). Damir, diagnosticado con neurofibromatosis tipo 1 y un neurofibroma plexiforme en el ojo derecho, además de una posible leucemia en estudio, necesita tratamiento especializado fuera de la isla.
La denuncia en redes sociales
La activista Yamilka Laffita, conocida en redes como Lara Crofs, fue una de las primeras en hacer pública la noticia. A través de su perfil de Facebook, expresó su indignación: “La visa le fue denegada a #SoSDaMiR! Falta de documentación. Gracias por todo, Ministerio de Salud Pública de Cuba”.
Por su parte, la activista Diasniurka Salcedo también criticó la negativa de las autoridades cubanas, destacando que el niño no presentó documentos actualizados porque el régimen no los entregó. En su publicación señaló: “Esto llora ante los ojos de Dios. ¡Por eso su visa fue denegada!”.
Un tratamiento urgente, pero sin respaldo oficial
La familia de Damir había iniciado los trámites para trasladarlo a Estados Unidos con la esperanza de que recibiera la atención médica que en Cuba no está disponible. Un hospital en Miami aceptó tratar al niño, y se lanzó una campaña en GoFundMe para recaudar 40,000 dólares con el fin de cubrir los costos del tratamiento y el viaje.
Sin embargo, para obtener la visa humanitaria, era obligatorio presentar una carta de autorización del MINSAP, documento que, según denuncias de la madre y activistas, fue negado por el gobierno cubano. La justificación de las autoridades fue que en la isla se cuenta con los recursos suficientes para atender al menor, un argumento que su familia y allegados refutan con pruebas de la falta de insumos y especialistas.
Críticas al sistema de salud cubano
El caso de Damir ha desatado una ola de críticas contra el MINSAP y el sistema de salud cubano. Activistas de derechos humanos denuncian que la burocracia y las restricciones impuestas por el Estado impiden que pacientes en estado crítico puedan acceder a tratamientos en el extranjero.
Mientras tanto, la salud del niño sigue en riesgo, y su familia no pierde la esperanza de conseguir la ayuda necesaria para que reciba la atención médica que necesita fuera de Cuba. “Es un niño. No pertenece a ningún partido ni a ninguna ideología. Solo necesita vivir”, han expresado sus defensores en redes sociales.
¿Habrá una solución?
El caso de Damir Ortiz Ramírez sigue en el centro del debate, mientras activistas y ciudadanos exigen que el gobierno cubano ponga la humanidad por encima de la política y permita que el menor pueda viajar para recibir tratamiento.
Por ahora, la incertidumbre persiste, pero la presión en redes y la solidaridad de muchos podrían marcar la diferencia en la lucha por su vida.