La Habana tiene un nuevo motivo para hablar de gastronomía. Se trata de Pan de La Habana, una panadería artesanal que abrió sus puertas el 19 de diciembre y que ya se ha convertido en la más exclusiva de la capital, y posiblemente de todo el país. Ubicada en Calle Calzada #709, entre Paseo y A, este local ha captado la atención no solo por la calidad de sus productos, sino también por sus precios elevados, que lo posicionan como un lugar de lujo en medio de la crisis económica cubana.
¿Qué ofrece Pan de La Habana?
La actriz Laura Delgado (@laura_delgadoactriz) compartió en Instagram su experiencia en este exclusivo establecimiento, avivando el debate sobre sus precios y su oferta. “No me pude resistir y fui por segunda vez a Pan de La Habana. Tienen una amplia variedad de panes y dulces, pero los croissants de almendras son mis preferidos”, comentó.
Entre los productos estrella se encuentran los croissants, que pueden costar entre 400 y 850 pesos cubanos, dependiendo del relleno e ingredientes. Un simple caracol con pasas alcanza los 450 pesos, cifras que, aunque altas, no han frenado la demanda. De hecho, la panadería ha tenido que ajustar su horario de atención, abriendo de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. mientras realizan mejoras para optimizar el servicio y aumentar la producción.
Pan artesanal en tiempos de escasez
Lo que hace único a Pan de La Habana no es solo su exclusividad, sino la filosofía detrás de sus productos. Especializados en panes artesanales elaborados con masa madre de cultivo natural, sus creaciones son más nutritivas y fáciles de digerir. Sin embargo, en un país donde la harina escasea y llevar un trozo de pan a la mesa es cada vez más difícil para las familias, este negocio representa un contraste impactante.
Los maestros detrás del horno
Detrás de esta panadería privada hay un equipo de prestigiosos maestros panaderos. Entre ellos destaca Josep Pascual, ganador de la Copa Europea Louis Lessaffre y jurado en la Copa del Mundo de Panadería. También está Abdeslam Zebroun, graduado de la Academia Maison Kayser, con una década de experiencia en fermentación natural, y Josep Antoni, con más de 40 años de trayectoria y proyectos internacionales en su haber.
Opiniones divididas
En redes sociales, las opiniones sobre Pan de La Habana son variadas. Muchos destacan su “buen gusto, atención de primera y exclusividad”, a pesar de los precios. Un usuario comentó: “Es de gama alta esa panadería, algo bien exclusivo que debe ser referencia nacional”. Sin embargo, otros cuestionan cómo un negocio de este tipo puede prosperar en un país donde comer pan con mantequilla es considerado un lujo.
¿Qué opinas tú? ¿Crees que este tipo de negocios gourmet tienen cabida en la Cuba actual, o consideras que son un reflejo de las desigualdades? ¡Déjanos tu comentario y únete al debate!
