Desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca el 20 de enero de 2025, la política de Estados Unidos hacia Cuba ha dado un giro drástico. Atrás quedaron las flexibilizaciones de la administración anterior; ahora, el objetivo es asfixiar económicamente al régimen castrista y aumentar su aislamiento internacional. Apoyado por figuras como Marco Rubio, Trump ha reinstaurado sanciones que golpean directamente las finanzas del gobierno cubano, limitando sus fuentes de ingreso y su influencia en la región. Sin embargo, estas medidas también afectan a la población, que enfrenta aún más dificultades en medio de una crisis económica severa.
Cuba vuelve a la lista negra del terrorismo
Trump no perdió el tiempo. Apenas unas horas después de asumir la presidencia, su administración reincorporó a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. ¿Qué significa esto? Básicamente, más sanciones financieras, restricciones en transacciones internacionales y un bloqueo casi total en el acceso a créditos y financiamiento exterior. Para un país ya en crisis, esto es un golpe durísimo, pues limita aún más las opciones del gobierno para obtener ingresos y sostener su aparato represivo.
Empresas militares cubanas bajo la lupa
El 31 de enero, Marco Rubio anunció que varias empresas cubanas, especialmente aquellas controladas por el conglomerado militar GAESA, volvían a estar en la “Lista Restringida de Cuba”. Con esto, ciudadanos y compañías estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con ellas. Esto afecta sectores clave como el turismo y las remesas, cortando otra fuente de ingresos vital para el régimen.
Adiós al parole humanitario: ¿y ahora qué?
Otra de las medidas más polémicas fue la eliminación del parole humanitario, un programa que permitía a ciudadanos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití entrar legalmente a EE.UU. con residencia temporal. Con su desaparición, más de medio millón de personas que ya tenían aprobación o estaban en proceso se quedaron sin opciones legales inmediatas para emigrar. Los cubanos que ya están en EE.UU. ahora dependen de la Ley de Ajuste Cubano para regularizar su estatus.
Golpe a las remesas: Orbit S.A. en la mira
El envío de dinero desde el exterior es una de las principales fuentes de ingresos tanto para las familias cubanas como para el propio régimen. Trump reinstauró sanciones contra Orbit S.A., la empresa que gestiona estas remesas y que está bajo control del ejército cubano. Esto significa que plataformas como Western Union no pueden operar con Orbit, dificultando el envío de dinero a la isla. Como resultado, muchas familias ahora dependen de métodos informales—más caros y riesgosos—para recibir ayuda de sus familiares en el extranjero.
¿Migrantes en Guantánamo?
Una de las medidas más controversiales es la propuesta de utilizar la base naval de Guantánamo como un centro de detención para hasta 30,000 migrantes considerados de “alto riesgo”. Esta decisión ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, ya que podría afectar a cubanos que intenten llegar a EE.UU. de manera irregular.
Fin al financiamiento de ONGs y medios independientes
Trump también cortó el financiamiento a programas de ayuda exterior, afectando a organizaciones y medios independientes en Cuba que dependían de estos fondos. Aunque una jueza bloqueó temporalmente la medida, la incertidumbre persiste.
¿Funcionará la estrategia de Trump?
Las nuevas sanciones buscan presionar al régimen cubano y debilitar su maquinaria represiva, pero el costo también recae sobre la población. Con menos acceso a dinero, oportunidades de emigrar y opciones económicas, los cubanos enfrentan tiempos aún más difíciles. La gran pregunta es: ¿logrará este cerco financiero acelerar un cambio en la isla, o el castrismo encontrará la manera de sobrevivir una vez más?