Este miércoles, el régimen cubano confirmó que las cuentas en MLC (Moneda Libremente Convertible) seguirán activas en los bancos de la isla, a pesar de la dolarización parcial que se está implementando en la economía. Alberto Javier Quiñones, vicepresidente primero del Banco Central de Cuba, aseguró durante el programa oficialista Mesa Redonda que “las cuentas en MLC que hoy tienen los clientes con sus bancos no desaparecen”.
Además, Quiñones garantizó que los bancos cumplirán con los compromisos adquiridos con sus clientes y los fondos depositados en estas cuentas. “Se garantiza el compromiso de los bancos y sus clientes con los fondos que estos tengan”, afirmó.
La dolarización parcial: ¿Una solución o un problema?
Por su parte, Mildrey Granadillo, viceministra primera del Ministerio de Economía y Planificación, defendió la dolarización parcial como una “medida importante para garantizar recursos en el país” y “garantizar el encadenamiento de los sectores de la economía”.
Recientemente, el gobierno cubano abrió tiendas en dólares con el objetivo de captar divisas y mantener la economía a flote en medio de la profunda crisis que atraviesa el país. Sin embargo, esta estrategia ha generado un mercado paralelo que ha exacerbado las desigualdades en el acceso a bienes de consumo, dejando a muchos ciudadanos al margen.
¿Qué dicen los analistas?
Expertos señalan que la coexistencia de tiendas en MLC y en dólares refleja la dualidad de una economía cada vez más dependiente de las divisas extranjeras. Mientras algunos pueden acceder a productos básicos y de lujo en estas tiendas, otros se ven obligados a depender del mercado informal o a enfrentar precios inalcanzables.
¿Qué sigue para Cuba?
Aunque las autoridades insisten en que estas medidas son necesarias para “garantizar recursos”, muchos se preguntan si esta estrategia no está profundizando las diferencias sociales en la isla. La dolarización parcial y la apertura de tiendas en divisas extranjeras parecen ser un intento desesperado por mantener la economía a flote, pero a costa de aumentar la desigualdad.
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