El exsenador demócrata por New Jersey, Bob Menéndez, de origen cubano, fue sentenciado este miércoles a 11 años de prisión tras ser declarado culpable de cargos de soborno y corrupción. Según informó la agencia Associated Press, Menéndez fue condenado por aceptar obsequios como lingotes de oro, dinero en efectivo y un Mercedes-Benz a cambio de favorecer a gobiernos extranjeros.
El jurado lo declaró culpable de 16 cargos en julio pasado, y los fiscales solicitaron una sentencia de al menos 15 años, argumentando la “rara gravedad” de sus crímenes. Sin embargo, los abogados de Menéndez, de 71 años, pidieron una condena más corta junto con labores de servicio comunitario.
“En algún momento del camino te convertiste, lamento decirlo, en un político corrupto”, expresó el juez Sidney Stein al dictar la sentencia. Por su parte, Menéndez, visiblemente afectado, declaró: “Aparte de mi familia, he perdido todo lo que alguna vez me importó. Cada día que estoy despierto es un castigo”.
Reacción del régimen cubano
El gobierno cubano no tardó en reaccionar a la noticia. Gerardo Hernández, exespía de la Red Avispa y actual coordinador de los CDR, utilizó la sentencia para criticar el bloqueo estadounidense contra Cuba. En la red social X, Hernández escribió: “Juez de USA condena a Bob Menéndez a 11 años de prisión. Se trata de uno de los principales promotores del bloqueo, y de todas las medidas contra Cuba. ¿Se seguirán quejando cuando les llamamos mafia anticubana?”.
Cómplices también sentenciados
Este miércoles también se conocieron las sentencias de dos de los cómplices de Menéndez. Fred Daibes, un promotor inmobiliario de New Jersey, recibió 7 años de prisión y una multa de 1.75 millones de dólares por entregar oro y dinero en efectivo al exsenador. Por su parte, Wael Hana, un empresario egipcio-estadounidense, fue condenado a más de 8 años de prisión y una multa de 1.25 millones de dólares por negociar un acuerdo entre Menéndez y el gobierno egipcio.
Los delitos que llevaron a la condena
Menéndez fue encontrado culpable de aceptar sobornos de tres empresarios de New Jersey y de actuar como agente extranjero para el gobierno egipcio. Durante el juicio, que duró nueve semanas, se expusieron las maniobras del exsenador para utilizar su posición de poder en beneficio propio y de sus asociados.
Los fiscales presentaron pruebas contundentes de que Menéndez abusó de su cargo para proteger a sus aliados de investigaciones criminales, enriqueciendo a su esposa, Nadine Menéndez, y a otros cercanos a él. Entre las acciones más alarmantes se incluyeron reuniones con funcionarios de inteligencia egipcios y la facilitación de acceso a millones de dólares en ayuda militar estadounidense.
La defensa de Menéndez
Menéndez optó por no testificar durante el juicio y mantuvo su inocencia en declaraciones públicas. Argumentó que solo estaba cumpliendo con sus deberes como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y que los lingotes de oro encontrados en su hogar pertenecían a su esposa.
Sin embargo, las pruebas presentadas por los fiscales mostraron que Nadine Menéndez actuaba como intermediaria entre su esposo y funcionarios egipcios. En un mensaje de texto a un general egipcio, ella escribió: “Cada vez que necesites algo, tienes mi número y haremos que todo suceda”.
Un caso que marca precedentes
Este juicio marcó la segunda vez que Menéndez enfrentaba acusaciones de corrupción. En 2017, un proceso similar terminó con un jurado estancado, pero esta vez la justicia llegó a su puerta.
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