El nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha comenzado a implementar una serie de medidas alineadas con la visión del presidente Donald Trump. Una de las más polémicas es la firma de una orden ejecutiva que limita la participación de militares trans y otras minorías en las Fuerzas Armadas, bajo el argumento de que la «ideología radical de género» afecta la operatividad del ejército.
Restricciones a militares trans: una decisión controvertida
La nueva normativa establece que el servicio militar debe estar reservado para aquellos que cumplan con estrictos requisitos físicos y mentales. Dentro de las condiciones que inhabilitan a los aspirantes se encuentran trastornos bipolares, problemas alimenticios, intentos suicidas y hospitalizaciones psiquiátricas. Además, puntualiza que las personas trans y quienes no se identifiquen con su sexo de nacimiento no cumplen con los estándares necesarios para servir.
Según la orden, adoptar una identidad de género distinta al sexo de nacimiento sería incompatible con el estilo de vida disciplinado y altruista que exige el ejército. “Un hombre que dice ser mujer y exige que otros respeten esa falsedad no encaja con los valores de humildad y honestidad requeridos en las Fuerzas Armadas”, se menciona en el documento.
Pronombres y diversidad bajo ataque
Otra de las medidas incluidas en la orden es la prohibición del uso de pronombres neutros, como “they”, que han sido adoptados como una forma inclusiva de referirse a personas no binarias. Sin embargo, la normativa no aclara si los soldados trans que ya forman parte del ejército podrán continuar en servicio o si serán dados de baja.
Un conflicto que viene de lejos
No es la primera vez que Trump dirige sus esfuerzos contra los militares trans. Durante su primer mandato, intentó vetarlos completamente, aunque la medida fue parcialmente bloqueada en los tribunales. Posteriormente, se permitió que continuaran los soldados ya alistados, pero se prohibieron nuevas incorporaciones. En 2021, el presidente Joe Biden revocó estas restricciones, restableciendo políticas más inclusivas. Ahora, Trump ha retomado su ofensiva como parte de una estrategia para eliminar las políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en toda la administración pública, especialmente en el Pentágono.
Reacciones de los defensores de derechos civiles
Organizaciones defensoras de los derechos LGTBIQ+ han reaccionado rápidamente a esta nueva orden ejecutiva. Grupos como GLAD Law y el National Center for Lesbian Rights (NCLR) han anunciado que presentarán una demanda, alegando que la medida viola el principio constitucional de igualdad ante la ley. Según estas entidades, actualmente hay cerca de 15.000 soldados trans en las Fuerzas Armadas, aunque cifras oficiales las reducen a unos pocos miles.
Un cambio de liderazgo: Hegseth al frente del Pentágono
El presidente Trump firmó esta medida el mismo día en que Pete Hegseth asumió oficialmente como secretario de Defensa, tras una ajustada confirmación en el Senado. Hegseth, conocido por sus críticas a las políticas de inclusión, prometió una reestructuración amplia dentro de su departamento, que maneja un presupuesto de 850.000 millones de dólares y tres millones de trabajadores.
Entre sus primeras decisiones, destacó el cese de la almirante Linda Fagan, la única mujer al frente de una rama de las Fuerzas Armadas, acusándola de priorizar excesivamente las políticas de diversidad.
Otros cambios en la agenda militar de Trump
Además de las restricciones a los militares trans, Trump firmó dos órdenes ejecutivas adicionales. Una permite la reincorporación de soldados expulsados por negarse a vacunarse contra la COVID-19 durante la pandemia, y otra prevé la construcción de un sistema de defensa aérea inspirado en la Cúpula de Hierro de Israel.
