La relación entre Colombia y Estados Unidos estuvo al borde del colapso tras un polémico episodio protagonizado por el presidente colombiano, Gustavo Petro, quien restringió la entrada de dos aeronaves estadounidenses con migrantes colombianos deportados. Este incidente, sumado a los trinos del mandatario, generó una tormenta diplomática y una respuesta contundente por parte de la administración de Donald Trump.
El inicio del conflicto: los vuelos rechazados
Todo comenzó en la madrugada del domingo, cuando Petro decidió bloquear la entrada de dos aviones que transportaban a cerca de 160 migrantes colombianos. En su cuenta de X (antes Twitter), el presidente expresó su indignación: “Los EE. UU. no pueden tratar como delincuentes a los migrantes colombianos. Desautorizo la entrada de aviones norteamericanos con migrantes colombianos a nuestro territorio.”
Horas después, Petro anunció que había devuelto los aviones: “Un migrante no es un delincuente y debe ser tratado con la dignidad que un ser humano merece.”
Un llamado a la dignidad y una respuesta inesperada
El mandatario continuó defendiendo su postura en redes sociales, exigiendo un trato digno para los migrantes y convocando a una reunión extraordinaria de la CELAC para abordar el tema migratorio con Estados Unidos. Sin embargo, la tensión escaló rápidamente cuando Trump, en un mensaje desde su red social Truth Social, anunció duras sanciones contra Colombia.
Las sanciones de Trump y la respuesta de Petro
Trump no se contuvo al imponer medidas como:
- Aranceles de emergencia de hasta el 50 % a productos colombianos.
- Prohibición de visas para el presidente Petro, su familia y funcionarios.
- Inspecciones reforzadas en aduanas para productos colombianos.
- Restricciones financieras y bancarias.
El mandatario estadounidense calificó la decisión de Petro como un intento de “tomar ventaja” de Estados Unidos, reforzando la idea de que cada país debe asumir la responsabilidad de recibir a sus ciudadanos deportados.
La respuesta de Petro: aranceles y resistencia
Lejos de ceder inmediatamente, Petro respondió con medidas similares, imponiendo aranceles a productos estadounidenses y calificando de “arrodillados” a quienes temían las sanciones. Además, en un trino desafiante dirigido a Trump, Petro insinuó que el expresidente buscaba “matarlo” y “tumbarlo”:
“Túmbeme, presidente, y le responderán las Américas y la humanidad.”
El desenlace: crisis contenida
Mientras la tensión escalaba, las gestiones diplomáticas entre la Casa Blanca y funcionarios colombianos finalmente lograron contener la crisis. En un comunicado conjunto, ambos gobiernos anunciaron que Petro aceptaba las condiciones impuestas por Estados Unidos para el retorno de los migrantes.