Desde Cuba, la tiktoker conocida como Izzy (@izzys33) puso sobre la mesa un tema que resuena entre sus compatriotas: la comida. En respuesta a un comentario que decía: «Y aquí, ¿cómo tú crees que vivimos nosotros? Ustedes creen que la jartera lo es todo y aquí hay más locos que en Cuba», Izzy respondió con su característico estilo directo y humorístico.
«¡Claro que la jartera* no lo es todo! Pero yo tengo unas ganas de comer un bistec de res», declaró. Y no se refería a cualquier bistec, sino a uno tan grande que le llamen «sábana». «De esos que tú los lasquees con un cuchillo, como el tipo ese que le echa la sal a la comida por arribita», dijo, imaginando además el acompañamiento ideal: papas fritas y ensalada, porque, según sus palabras, «me gusta cuidar mi salud».
El trasfondo detrás del humor
Aunque sus palabras arrancaron risas, el mensaje de Izzy toca una realidad innegable: la escasez de carne de res en Cuba. «Aquí en Cuba sí hay gente que vende carne de res… Pero si alguien se entera dónde vendan, avísenme», comentó con ironía, reflejando la frustración de muchos cubanos ante este problema.
La salud mental en el foco
Izzy también aprovechó el momento para responder a quienes la criticaron por su salud mental. «Ah, y lo de pastillera que me estaban diciendo… Yo ya no soy pastillera, yo tengo un trastorno de estrés postraumático. Más nada que eso. Y claro que tengo que tomar pastillas, porque si no me medico, imagínate tú», explicó, dejando claro que su humor no está reñido con los desafíos que enfrenta.
Reacciones y empatía en redes
Los comentarios de sus seguidores no tardaron en llegar. Algunos empatizaron: «No es fácil, mija, te entiendo. Es algo normal en cualquier país, menos en Cuba». Otros optaron por seguir el tono humorístico: «Morí, sábana». Incluso hubo quien quiso ayudar: «Yo tengo, ¿cuántas libras quieres?».
Un tema crítico: la carne de res en Cuba
Más allá de las risas, Izzy puso en evidencia un problema que afecta a miles de cubanos. La carne de res es un lujo debido a las estrictas leyes que restringen su consumo. El año pasado, hasta octubre, más de 1,600 personas fueron condenadas por «conductas asociadas al delito de sacrificio ilegal de ganado mayor y tráfico de sus carnes». Así, lo que en otros países es cotidiano, en Cuba se ha convertido en un sueño difícil de alcanzar.
Un deseo que habla por muchos
Izzy cierra su reflexión con una frase cargada de sarcasmo y anhelo: «Quiero coger un pedacito de carne de res… ¿Me puedes dar un poquito del que tú tienes?». Su comentario, aunque ligero, encapsula un sentimiento compartido por muchos cubanos que, entre la escasez y las restricciones, sueñan con lo que para otros es una simple comida.